Alrededor de 400 guardias civiles, según la Delegación del Gobierno en Madrid y "varios miles", según la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), han protestado este sábado en Madrid por el retroceso de sus derechos laborales y han instado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a que cumpla su promesa de "modernizar" la institución.



Entre gritos de "dimisión" dirigidos al titular de Interior y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, cientos de agentes procedentes de toda España se han concentrado en la Puerta del Sol durante una hora convocados por AUGC, la asociación mayoritaria, para denunciar que no cuentan con una jornada laboral digna ni con turnos de trabajo que permitan conciliar.



También para exigir que Interior cumpla el acuerdo de equiparación salarial con otros cuerpos policiales al que se llegó en 2018, recriminar el reparto de la productividad que, a su juicio premia a los altos mandos y deja las "migajas" a los agentes, y para reclamar, una vez más, el derecho a sindicación de los guardias civiles o a que no sean juzgados con el Código Penal militar.



"Democracia y dignidad para la Guardia Civil", ha clamado desde un escenario el secretario general de la asociación, Juan Fernández, quien ha dejado claro que los agentes "no tienen miedo" y sí muchas ganas de decir "basta ya" a la discriminación y a tratar a la Guardia Civil como un cuerpo policial "de segunda".



Ante los asistentes, Fernández ha lamentado que tanto Marlaska como Gámez estén desaparecidos. "¿Dónde están el ministro, donde están sus promesas de modernizar la Guardia Civil?", se ha preguntado antes de enfatizar que hay "dos opciones", o contribuir a los necesarios cambios en el instituto armado o "sumarse al inmovilismo de quien tiene vértigo a los avances".



"Otra Guardia Civil es posible", ha insistido al termino de su intervención en la Puerta del Sol, donde la mayoría guardias civiles asistentes a la protesta han portado pancartas con lemas y demandas en los que se podía leer: "La vocación no justifica la explotación", "jornada laboral justa", "Reparto justo de la horas extra" o "cumplir el acuerdo de equiparación".

Defensa del cuerpo

Desde la Guardia Civil defienden que el aumento retributivo logrado no tiene "precedentes" en la historia del cuerpo y que el proceso de equiparación culminado en noviembre de 2020 ha supuesto un incremento medio en la nómina de los gentes de un 20 por ciento.



Un subida, aseguran desde la Guardia Civil, que ha superado el 30 por ciento en las nóminas de los empleos de guardia y suboficial y que se reduce porcentualmente en las escalas superiores que llega a un 15 por ciento para los tenientes coroneles.



También aclaran que el 91 por ciento de la productividad se destina a la escala de guardias y cabos, que el derecho de asociación profesional en el cuerpo cuenta con el "máximo aval" de las jurisprudencias nacional e internacional y que "nunca" se ha abierto expediente disciplinario a ningún representante de asociaciones por actividades relacionadas con su actividad asociativa.



La protesta ha contado con el apoyo político del portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal y del consejero de Interior de la Comunidad de Madrid, Enrique López.



"No son privilegios lo que están pidiendo, sino justicia e igualdad, una equiparación salarial con otros cuerpos policiales, que se les retribuyan las horas de festivos o las jornadas nocturnas", ha defendido Bal, que ha instado a Marlaska a que "escuche a la Guardia Civil y no a cometer arbitriaridades".



Por su parte, López ha asegurado que el carácter militar de la Guardia Civil "no es incompatible con un mayor reconocimiento de sus derechos laborales". "La Guardia Civil se merece un mejor trato", ha opinado antes de denunciar las condiciones "lamentables" e "impropias del siglo XXI" de los cuarteles en la Comunidad de Madrid.



La última gran manifestación convocada por AUGC, en noviembre de 2015, reunió en la capital a más de 12.000 guardias civiles y familiares. 

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