-Ya le he dicho, señoría, recordando a Caballero Bonald: uno es el tiempo que le queda, y a mí me queda muy poco. Me temo que me queda poco. Pero ya con 70 años, imagínese, soy muy insignificante. El tiempo acaba con todos los secretos, señoría. 

La comisión parlamentaria del caso Kitchen -la investigación sobre el intento de Interior de sustraer a Luis Bárcenas información comprometedora para el PP- había sido despejada de otros testigos. Al contrario de la mayor parte de los comparecientes en semanas anteriores, José Manuel Villarejo llegaba con ganas de hablar. Ya había avisado de que revelaría entresijos de las alcantarillas del Estado. 

Cada portavoz parlamentario enfocó el interrogatorio como arma arrojadiza hacia los rivales. Incluso el PP, en el punto de mira de las preguntas del resto de grupos debido a que Kitchen se orquestó durante la primera legislatura del gobierno de Mariano Rajoy, consiguió sacar munición de Villarejo contra el PSOE y Podemos.

Villarejo recordó sus servicios a gobiernos socialistas, cómo "el caso Gürtel fue una operación política" por la que rindió cuentas al Ministerio del Interior cuando lo dirigía Alfredo Pérez Rubalcaba. "Fundamentalmente a Antonio Camacho", por entonces secretario de Estado de Seguridad. Era la persona ante la que respondía sobre sus indagaciones. 

"El PSOE se empeña en tratar como presuntos culpables a personas que no han sido condenadas", dijo el portavoz del PP, Luis Santamaría, al abrir su turno, y recordó que entre esas personas las hay "que han prestado innumerables servicios al Estado".

El diputado del PP preguntó al excomisario si los gobiernos socialistas habían contado con sus servicios a la hora de destapar casos tan relevantes como Astapa, la operación Malaya (el gran caso de corrupción urbanística en la Costa del Sol) o la trama Gürtel. Villarejo asintió.

El excomisario aseguró que todo era como se decía. Que habían usado sus empresas. Que rendía cuentas al entonces secretario de Estado de Seguridad. Después remarcaría las ganas que tiene, lo deseoso que está, de "declarar pormenorizadamente sobre ello en el juicio". 

Más tarde, la portavoz de Vox, Macarena Olona, volvió sobre esa materia. Villarejo matizó que al hablar de Gürtel como "operación política" se refería a que era "una operación de diseño de inteligencia".

Documentos encriptados

Según Villarejo todo está documentado en su archivo personal, en una serie de dispositivos que, por desgracia, parece que nunca se podrán abrir. "Dicen que está encriptado porque ahí está la Atapuerca de los últimos años, ahí está lo que yo viví".

-¿Era consciente que le estaban encargando una investigación al margen de las estructuras oficiales sobre el principal partido de la oposición?

-Yo hacía mis análisis y pasaba esa información y luego se judicializaban o no. 

-¿Fue retribuido por ello?, le preguntaron desde el PP.

-La mayoría de los encargos que me solicitó el PSOE, desde la época del GAL hasta el último gobierno socialista, yo me ponía la infraestructura, los gastos, y no disfruté de fondos reservados. 

- ¿Le visitaron en junio de 2018 para negociar con usted por su libertad a cambio de declarar contra el Partido Popular?

- Y de Podemos. Y de muchos más partidos. Pero del Partido Socialista, sí, me visitaron.

Villarejo no quiso entrar en detalles, ni tampoco nombrar a las personas que realizaron esas supuestas visitas a la prisión de Estremera, donde permaneció tres años y medio. 

"Estructuras opacas"

Tampoco negó haberse reunido con Juan Carlos Monedero, o que Pablo Iglesias quisiera entrevistarse con él. Y de encuentros con socialistas como Óscar López para tratar sobre las saunas gay propiedad del suegro de Pedro Sánchez

También abundó en la presunta existencia de imágenes de la DEA estadounidense que él habría recuperado sobre actividades de jueces en Colombia, escenas a las que  aludió la hoy fiscal general del Estado, Dolores Delgado, durante una comida que él grabó.

Incluso remontándose en el tiempo contó que Margarita Robles, en su época de magistrada, habría retrasado la detención de Luis Roldán, director general de la Guardia Civil, para que no coincidiera con unas elecciones. Detalló también presuntas reuniones con Carmen Calvo, negadas por ella, y sacó a relucir la presunta historia sobre cómo Podemos le habría pedido traer a España dinero en cuentas ubicadas en un país africano.

Y así, el ya retirado comisario se pasó casi cuatro horas proporcionando relatos, respondiendo las preguntas de todos, revelando supuestos secretos, esbozándolos uno tras otro sin más pruebas que sus propias palabras, disparando en todas las direcciones como un ventilador de residuos.

"Desde la dictadura hay estructuras opacas en el Gobierno, otra cosa es que quieran utilizarme a mí para arreglar el tema", se lamentó.

Noticias relacionadas