El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, apura los últimos días de campaña con el objetivo de lograr el 5% de voto con el que obtendría representación en la Asamblea de Madrid, podría condicionar el nuevo gobierno de Isabel Díaz Ayuso (la favorita según las encuestas) y rescataría al partido naranja de su peor crisis en años. 

Bal concreta su compromiso con los madrileños en un decálogo con claro sello naranja en propuestas centradas en las vacunas, las familias y la educación y el apoyo al tejido industrial de la Comunidad de Madrid, singularmente por lo que se refiere a las pequeñas y medianas empresas, las pymes, tan castigadas por la pandemia.

Pero además, dos de los diez puntos tienen un claro contenido político. El número ocho sobre Unidas Podemos: "Pablo Iglesias no decidirá ni una coma del futuro de los madrileños", y el número nueve sobre la candidatura de Rocío Monasterio: "El populismo de Vox, lejos del Gobierno". 

El abogado del Estado y actual portavoz parlamentario de Ciudadanos, elegido por Inés Arrimadas como solución de emergencia ante la inesperada convocatoria electoral realizada por Ayuso el pasado 10 de marzo, sintetiza en esos diez puntos lo que han sido sus ideas fuerza de campaña. Ambos daban cuenta de estas propuestas en un acto este sábado en la sede central del partido en la capital de España, en el penúltimo día de campaña. 

"Estos diez compromisos son para mí un contrato" afirmaba Bal, aludiendo a su profesión de jurista. Arrimadas, por su parte, destacaba que Madrid "por primera vez, ha superado en PIB a Cataluña, teniendo menos población" destacando, como se hace en el , la gestión económica en una de las comunidades donde Ciudadanos ha estado en el Gobierno. 

"Con Ciudadanos en el gobierno, tú pagas pocos impuestos, porque además se gestiona mejor" afirmaba la presidenta del partido subrayando otras de las señas de identidad de su campaña. Las deducciones fiscales propuestas por Ciudadanos incluyen desgravarse los tratamientos de fertilidad en clínicas privadas, con el objetivo de "ayudar a las familias que quieran tener hijos".

El decálogo

Una "campaña de vacunación 24/7 y refuerzo de la Sanidad"; "un Madrid motor de la economía y líder en creación de empleo de calidad" un punto en el que los liberales ponen en valor la tarea de su consejero de Economía dentro del Gobierno de coalición con el PP, Manuel Giménez; "plan de rescate a pymes y autónomos y estabilidad para los trabajadores interinos"; "nuevas rebajas de impuestos"; "el apoyo a todas las familias, nuestra prioridad" un claro dardo velado a Vox y su discurso sobre el colectivo LGTBI, "os confieso que es el que más me gusta" decía Bal en la presentación; "Madrid, región pionera en Ciencia, Innovación y protección del medio ambiente"; "una educación de calidad para todos. Blindaje de la concertada y la especial", un claro guiño a la oposición a la Ley Celaá en la que los naranjas han sido muy activos" y además un "pacto por la tolerancia el respeto y la convivencia". 

Este último punto, que cierra el decálogo, directamente relacionado con el clima de campaña, con insultos cruzados, amenazas a varios candidatos y en el que el propio Bal, durante el debate televisivo de candidatos, llegó a espetar en tono indignado a Monasterio, de Vox, una frase que hizo fortuna: "Llevo treinta años trabajando para España como abogado del Estado, no me vuelva a llamar traidor".

"Sólo ha habido un candidato que ha apostado por la convivencia, el respeto y la tolerancia" decía Arrimadas sobre Bal.

En el cuartel general naranja están convencidos de estar a muy pocos votos de lograr representación, unos diez mil en toda la región. Una cifra que, no en vano, se incluye en la campaña de buzoneo realizada por el partido centrista.   

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