Durante muchos años, al menos una decena de etarras convivían en las celdas del módulo 16 de la prisión de Huelva cumpliendo condena. Conocido por muchos como la "jaula de oro", este módulo llegó a albergar hasta 12 miembros de la banda terrorista ETA.

Sin contacto con el resto de reclusos, instalados en celdas contiguas, los etarras salían solos al patio, aunque de forma restringida. Tan solo uno permanece hoy en ese lugar, y por poco tiempo: Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote. En la misma prisión está su pareja, Irantzu Gallastegui. 

Según apuntan fuentes penitenciarias a EL ESPAÑOL, Txapote será trasladado este jueves a primera hora de la mañana a la prisión de Estremera, en Madrid. Ella tomó el mismo camino el día anterior, en un pequeño furgón de la Guardia Civil.

Es un acercamiento anunciado hace varias semanas, que se produce como el de muchos otros etarras en las últimas fechas: sin haber colaborado nunca con la Justicia, sin haber pedido perdón y sin el visto bueno de la junta de tratamiento de la cárcel.

Dolor de las víctimas

En su caso, esta circunstancia es particularmente dolorosa para las víctimas. Txapote fue uno de los dirigentes de mayor peso en la estrategia criminal de la banda terrorista. También uno de los más sanguinarios.

La primera vez que entró en prisión fue el 15 de diciembre de 2005. Actualmente cumple condena acumulada de 30 años por los delitos de asesinato, atentado, depósito de armas, falsificación documental, estragos, incendios, robo y daños.

Fue él quien acabó con la vida del dirigente del PSOE Fernando Múgica, con la de Gregorio Ordóñez, con la de José Luis López de Lacalle, con la de dos guardias civiles en Sallent de Gállego (Huesca). También fue el encargado de apretar el gatillo aquel fatídico 12 de julio de 1997: la vida de Miguel Ángel Blanco se extinguió con dos disparos de su Beretta Long Rifle, calibre 22 .

En segundo grado

Está previsto acercar también a Estremera a la compañera sentimental de Txapote, que ahora cumple condena en el módulo 9 de la prisión de Huelva. En el oscuro historial de esta mujer figura, entre otros muchos delitos, el secuestro de Miguel Ángel Blanco.

Este traslado, como muchos otros, ha soliviantado a las víctimas. La Asociación de Víctimas del Terrorismo  (AVT) recuerda cada semana cómo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace caso omiso a sus demandas y cómo prosigue con la estrategia de aproximación de todos los miembros de la banda. 

Tanto es así que tan solo quedan ya 16 etarras en prisiones del sur del territorio nacional. Según pudo conocer EL ESPAÑOL a través de datos recopilados cada semana por la AVT, más del 90% de los presos de ETA están ya en cárceles de la mitad norte peninsular. 

Fuentes penitenciarias detallan a EL ESPAÑOL que desde hace una semana Txapote se encuentra ya en un régimen de vida similar al de cualquier otro interno que esté en segundo grado, o de semilibertad. Esa suerte de progresión ha facilitado también su traslado a una cárcel más próxima a su región de origen.

Esto permite una mayor flexibilidad a la hora de interactuar con otros reclusos, horarios similares, idénticas prerrogativas que los presos comunes. Ningún otro etarra en Huelva había accedido a ese régimen en años anteriores. 

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