Este jueves se cumplían dos años de la célebre manifestación de Colón en Madrid, en la que Pablo Casado, Santiago Abascal y Albert Rivera coincidieron por primera vez en un acto político conjunto.

Los líderes de PP, Vox y el que en aquel momento lo era de Ciudadanos protestaban al unísiono ante las "cesiones" a los separatistas de Pedro Sánchez, al que pedían la convocatoria de unas elecciones generales que finalmente se celebrarían el mes de abril.

Un día antes de la efeméride, el pasado miércoles, los partidos separatistas protagonizaban el acto más importante y significativo de la campaña electoral, al firmar un manifiesto por el que se comprometían a no pactar con el PSC después de los comicios de este domingo.

El candidato de los socialistas catalanes, Salvador Illa, equiparó enseguida ambas "fotos", y así volvió a expresarlo de manera significada en el último debate electoral, celebrado en La Sexta. 

Vistas en perspectiva, ambas instantáneas tienen diferencias y semejanzas, al margen del antagonismo político evidente de quienes las protagonizan.

Las diferencias 

Si aceptamos la metáfora de Illa sobre la foto -aunque en Cataluña no haya habido propiamente tal-, una primera diferencia importante serían las banderas que se ondeaban en una y otra.

Si en Colón predominaron las banderas españolas constitucionales, en la foto de los separatistas la bandera predominante es la estelada, la enseña independentista que no está en el ordenamiento jurídico vigente y que no reconoce ni la Constitución ni el Estatuto, como sí hace con la senyera, la bandera oficial de Cataluña. 

Otra diferencia es el motivo explícito de la concurrencia de los partidos. PP, Vox y Cs convocaron a la sociedad a manifestarse en febrero de 2019 en contra del acercamiento de Sánchez a los independentistas.

Aquella aproximación hacia el separatismo cristalizó en la cumbre de Pedralbes con el enconces presidente catalán Quim Torra, en la aceptación de los 21 puntos que este ponía sobre la mesa para negociar e, incluso, en la carta de naturaleza que el Gobierno, entonces monocolor del PSOE, dio a la figura de un relator o mediador. Un elemento que soliviantó enormemente a las formaciones del centroderecha.

Abascal e Ignacio Garriga, este viernes en el cierre de campaña de Vox. EFE

La alianza de Junts Per Catalunya, ERC, CUP y PDeCAT, por su parte, tiene como finalidad vetar acuerdos de gobierno con los socialistas catalanes.

Una tercera diferencia es que la foto de Colón pretendía reafirmar un marco, el constitucional y estatutario, y el de la "defensa sin complejos de la unidad de España", tal y como proclamaba el manifiesto leído por tres periodistas. Los separatistas, por contra, pretenden precisamente romper ese marco, para lograr una Cataluña segregada del resto del país.

Naturalmente, el veto explícito a pactar con Illa "sea cual sea la correlación de fuerzas" tiene que ver con ese objetivo. Los socialistas catalanes son despreciados por el separatismo por formar parte del "bloque del 155", el artículo que por primera vez en la historia aplicó un gobierno, el de Mariano Rajoy, con el apoyo y la participación en el diseño de la intervención de la autonomía catalana de Sánchez, entonces líder de la oposición.   

Las semejanzas

La primera semejanza es que el adversario contra el que se hacen las dos fotos, tanto la de Colón como la de los separatistas, es el mismo: el PSOE, en este caso el PSC. Y tanto Sánchez entonces como Illa ahora utilizan ese rechazo para presentarse como el centro político ante dos "extremismos".

A Sánchez le funcionó la estrategia, al ganar sus primeras elecciones (28 de abril de 2019). Veremos qué ocurre este domingo con el ex ministro de Sanidad.

La segunda semejanza es que ambas fotografías suponen, de manera más o menos explícita, una política de veto. En el caso del manifiesto firmado por los independentistas -promovido por una asociación de nuevo cuño, Catalans per la Independèndia, integrada por antiguos miembros de la Asamablea Nacional Catalana (ANC)- es obvio y no requiere explicaciones: se comprometen a no hacer ningún tipo de acuerdo con el PSC.

Y en el caso de Colón, si bien ni en el manifiesto ni en la manifestación se dijo algo explícito, Rivera decidió acudir a las elecciones de abril con un veto al PSOE.

Pese a ello, los socialistas y la formación naranja, que en 2016 habían llegado a un frustrado acuerdo de gobierno, sumaban unos holgados 180 escaños que hubieran facilitado la gobernabilidad de España sin pasar por Podemos. Rivera se enrocó en su rechazo a Sánchez y eso precipitó el fin de su carrera política, tras la repetición electoral de ese mismo año.  

Al margen del infortunado fin del ex presidente de Ciudadanos, Colón fue a la postre un fracaso en términos electorales, que no desde luego de convocatoria. Muchos sostienen que fue clave en la movilización del votante de la izquierda para la victoria socialista.

La fragmentación del centroderecha que se plasmó entonces, aunque no ha impedido gobiernos autonómicos como los de Andalucía, Madrid o Murcia, sigue suponiendo un problema a medio y largo plazo para que haya una alternativa a Sánchez.

Abascal, Casado y Rivera, hace dos años en la Plaza de Colón. EFE

Desde la moción de censura de Vox en octubre, el enconamiento entre Santiago Abascal y Pablo Casado es cada vez mayor, hasta el punto de que el PP, como informó EL ESPAÑOL, tiene decidido no llegar a ningún tipo de acuerdo de gobierno con el partido a su derecha.

Si la foto de los independentistas es o no un fracaso, el tiempo lo dirá. A corto plazo, este domingo se sabrá si cuentan con mayoría para gobernar. En caso contrario, Pere Aragonés, quien por cierto no hizo malas migas en lo personal con Rivera cuando ambos se conocieron hace más de una década en el Parlament, bien podría sufrir en sus carnes la decisión de haber llevado el veto a Illa hasta sus últimas consecuencias. Es decir, convertirse en el Rivera de esta nueva foto

Y una última semejanza. En ninguna de las dos imágenes encontrarán a Inés Arrimadas. En la de hace dos años, cuando aún no era líder de Ciudadanos, oficialmente porque "perdió un avión". En la de ahora huelgan las excusas. 

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