El quinto país con mayor mortalidad a causa de la Covid-19. Ese es el peso que lleva sobre sus espaldas la sociedad española, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad que comparan a España con los otros 14 países europeos con más casos de coronavirus.

Peor están Italia (3,5%), Bélgica (3%), Reino Unido (2,6%) y Rumanía (2,5%). La Covid-19 tiene en España una letalidad del 2,4%. El país ocupa el quinto puesto en este ranking funesto, igualado con Francia y peor que otros como Rusia, Portugal o Irlanda.

Pero lo preocupante de la letalidad en España no es solo la cifra, sino la escasa capacidad con la que ha conseguido reducirla. Mucho más lenta que sus socios europeos.

Una sanitaria en una sala Covid de un hospital.

Dicho de otro modo, todos los países tenían una alta letalidad durante los primeros meses de la pandemia porque apenas se tenía músculo sanitario para diagnosticar asintomáticos. Según se avanzaba en el conocimiento de la infección, se podía diagnosticar más y, correspondientemente, bajaba la letalidad.

Y es que, si se analiza este dato del mes de enero con el de, por ejemplo, septiembre de 2020, la mortalidad del coronavirus en España ha caído 3 puntos porcentuales. Es decir, se ha reducido a más de la mitad desde el 5,4% de después del verano. 

Ha sido durante la segunda ola cuando la letalidad de la Covid ha conseguido rebajar en España de la barrera del 3%.

Mayor diagnóstico

Lo que ha ocurrido en España no es la excepción. Es la regla. Ampliar las capacidades de detección de casos hace que, en el resto de los países, la letalidad también haya bajado. De hecho, mucho más que en España. 

Si volvemos a los datos de septiembre, la letalidad de la Covid-19 en Italia, por ejemplo, estaba en un 13% (10 puntos más arriba que ahora). Una tendencia similar a la que ocurría en Reino Unido que era de un 12,2% (seis veces más que en enero), en Bélgica de un 15% (12 puntos más) o en Francia de un 10% (cinco veces más que ahora). España estaba mejor ubicada entonces en el ranking de mortalidad, y ocupaba el puesto número 8.  

Todos estos datos pueden empeorar por la situación que está viviendo Europa con la nueva ola: se ha convertido en enero en el foco principal de la pandemia superando los 643.000 muertos.

La gravedad de los datos se reflejan ya en las medidas que están tomando todos los gobiernos. Se repiten las severas restricciones, recurriendo de nuevo a los confinamientos domiciliarios o al toque de queda como medida para frenar los contagios, como pasó en la primera ola.

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