Un total de 16 personas han sido detenidas en las provincias de Valencia, Madrid y Málaga por pertenencia a organización criminal, tráfico de cocaína y blanqueo de capitales. La Policía Nacional, tras una larga investigación, descubrió que introducían centenares de kilos de cocaína camuflada en grandes pedidos de fibra de coco que importaban desde Costa Rica.

La investigación sobre este grupo comenzó cuando los agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) tuvieron conocimiento de que un individuo utilizaba el CIF de una empresa antigua para importar ese producto empleado mayormente como fertilizante agrícola.

Fue en septiembre de 2019 cuando los agentes descubrieron que un individuo dedicado a la reparación de vehículos estaba utilizando el cógido de su anterior negocio para importar fibra de coco de Costa Rica. Les sorprendió todavía más el comprobar que esa compañía ya estaba cerrada.

El entramado operaba desde Valencia, a cuyo puerto, el más importante de España en tráfico de grandes contenedores, se enviaba la droga. Tras las primeras gestiones advirtieron que la empresa pasó de ocupar un bajo con disposición de taller en Torrent (Valencia), a un almacén de grandes dimensiones en el Polígono Industrial de Alcàsser (en la misma provincia).

Allí apenas había actividad. Era un lugar destinado a la compraventa de vehículos de segunda mano, nada que ver con el almacenamiento de productos que iban llegando a ese enclave. Su interior, sin embargo, se encontraba prácticamente vacío.

Tras estas comprobaciones, los agentes comenzaron a chequear los contenedores importados por el sospechoso, lo que permitió averiguar que las toneladas de fibra de coco que recibía eran almacenadas en Alcàsser, sin darle salida.

Posteriormente, esta empresa recibió dos contenedores más de ese producto procedentes del mismo exportador de Costa Rica. Fue en ese momento cuando los agentes de la investigación decidieron actuar.

Media tonelada 

Durante la descarga se produjo la intervención policial. El resultado fue la incautación de 427 kilogramos de cocaína, una cantidad, según afirman los investigadores, valorada en 13 millones de euros

Se detuvo entonces a los principales cabecillas de la trama, un hombre y una mujer, ambos pareja, a cuyo nombre estaba el negocio desde el que se importaba el material para camuflar las sustancias estupefacientes.

La droga iba oculta en 32 ladrillos repartidos entre la carga. Dicen los investigadores que al registrar el almacén les llamó la atención la gran cantidad de fibra de coco que había en el lugar. Pese a ello, no ocupaba ni un cuarto de la capacidad de la nave.

El material incautado es solo una muestra de lo que movía la organización. EL ESPAÑOL

Ese detalle les resultó extraño: el alquiler del local era de un valor muy superior a lo que allí había almacenado. Más tarde, en uno de los registros, encontraron los libros de cuentas. En ellos figuraban anotaciones de gastos que apuntaban a que el principal investigado estaba siendo utilizado por otras personas para importar la cocaína. Y que con ello habían logrado introducir miles de kilos de ese material.

Vidas 'normales'

El hombre recibía aportaciones económicas cada cierto tiempo a través de distintas vías. Con ese dinero cubría los gastos de las importaciones de los contenedores, la mensualidad para alquilar el almacén y los gastos de la vida cotidiana de una persona humilde.

Las cuentas corrientes desde las que se movía el dinero habían sido utilizadas para otras operaciones: adquisición de vehículos, pago de nóminas ficticias, adquisición y acondicionamiento de un inmueble en Valencia para abrirlo como local de copas en el que se llegaron a invertir más de 500.000 euros.

Todos los implicados son de Valencia excepto los mulos de descarga, que vivían en la provincia pero eran de nacionalidad nigeriana. El resto de los detenidos poseían vidas aparentemente normales, negocios aparentemente normales, rutinas aparentemente normales. Entre ellos, apunta una fuente de la investigación, había incluso un ingeniero: "Nadie sospechaba".  

Varios contaban con antecedentes: uno por tráfico de drogas. Otro por estafa y falsificación de documentos. Otro, por blanqueo de dinero. Un cuarto ya había sido detenido por traficar con droga.

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