Mariano Alonso Isabel M. Ruiz

El relevo en el ministerio de Sanidad no será inmediato. Salvador Illa seguirá en el cargo, según él mismo anunciaba este domingo, en una entrevista en La Vanguardia, hasta que arranque la campaña para las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero. Es decir: hasta el último fin de semana de enero.

Todo un mes con la campaña de vacunación en marcha y a las puertas de lo que podría ser la tercera ola de la Covid-19, con un ministro de Sanidad a tiempo parcial. Illa tendrá un ojo cada vez más puesto en el que, no en vano, es el gran reto de su carrera política: liderar la candidatura del PSC.

De los 28 días que le quedan al primer mes del año en la agenda de Illa conviene ir descartado los de los fines de semana, que como este primero de 2021 estarán muy probablemente dedicados a actos de precampaña. Nos quedan 22 días. Y nadie puede asegurar que los compromisos exponenciales de la agenda de cualquier candidato, incluidos los mediáticos, no terminen acaparando buena parte de su tiempo, de su energía, y de su atención.

Illa, en un acto de precampaña este domingo con Miquel Iceta. EFE

O que incluso le provoquen algún traspiés. Este fin de semana ya circuló una imagen suya sin mascarilla en el andén del Ave en Madrid. Estuvo solo una instante sin ella, a requerimiento del fotógrafo de un periódico catalán. Pero a partir de ahora las entrevistas, los desplazamientos y la planificación de su campaña irán ocupando un lugar creciente en la organización de su tiempo. 

Un enero complejo

Todo ello ante un mes de enero que será complejo. Los expertos llevan alertando semanas de las consecuencias que tendría el aumento de la movilidad -en número de casos y fallecimientos- y, además, el proceso de inmunización no ha comenzado como se preveía.

La primera semana de vacunación se ha saldado con un número ínfimo de vacunados: en Madrid se han quedado en el 6% y en Cataluña, en el 13% por problemas logísticos y la coincidencia con las fechas festivas, según justifican las autoridades. Pero los expertos consideran que estos errores en la planificación tendrán unas consecuencias que Illa tendrá que afrontar a medio camino entre Moncloa y Barcelona.

"Si no tenemos claro que hemos de vacunar, y que tenemos que hacerlo de forma masiva y lo más rápido y contundente posible, tendremos una tercera ola, que será muy dura, en dos o tres semanas. Y si no actuamos rápido, también una cuarta y una quinta", alerta el infectólogo Robert Güerri.

Otro de los frentes en el campo de la vacunación es la evaluación de otros fármacos que todavía siguen en pruebas y que llegarán al mercado en los próximos meses. En el calendario está marcado, en principio, el próximo 6 de enero, cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) celebrará una reunión extraordinaria para que sus expertos finalicen la evaluación de la vacuna desarrollada por Moderna.

Illa seguirá al frente de Sanidad, previsiblemente, para coordinar la llegada de esta otra vacuna, que se administrará, según ha adelantado su departamento, indistintamente junto la de Pfizer/BioNTech, aunque supondrá un nuevo desafío logístico: la fórmual de Moderna solo necesita inocular una dosis mientras la de Pfizer/BioNTech precisa dos.

Además, seguirán resonando las críticas lanzadas por diferentes comunidades autónomas sobre la fórmula elegida para repartir las remesas de vacunas. Madrid, como viene haciendo desde que comenzara la pandemia, seguirá con la voz cantante reclamando más dosis y negando que la distribución sea equitativa.

Comparecencia con Darias 

Este lunes de momento la agenda de Illa se mantiene con dos citas, a mediodía una reunión de seguimiento de vacunas junto al ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, y por la tarde la reunión telemática del Consejo Inteterritorial de Salud.

Estará acompañado en el encuentro, y en la rueda de prensa posterior en La Moncloa, por la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, su más que probable sucesora. El espectáculo de las preguntas de los informadores por el futuro relevo ministerial está servido. 

Este fin de semana le llovían ya las primeras críticas de sus rivales el 14-F por compaginar su cargo de ministro con el de candidato de los socialistas catalanes.

El diputado de Ciudadanos en el Parlament, Nacho Martín Blanco, le acusaba de "instrumentalizar" el ministerio. "Es una frivolidad" sentenciaba el dirigente naranja. El sábado, antes de que Illa anunciase que su relevo no sería inmediato, la candidata de Junts Per Catalunya, Laura Borrás, tildaba a Pedro Sánchez de "irresponsable" por prescindir de Illa en plena pandemia.

Noticias relacionadas