El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha seguido el recuento electoral en Estados Unidos "minuto a minuto", como un americano más. "No dormí en toda la noche electoral", confiesa.

El día después de conocerse el triunfo de Joe Biden y la derrota de Donald Trump, el exjefe del Ejecutivo detalla en esta entrevista con EL ESPAÑOL qué sensación le transmitió el recién elegido presidente de Estados Unidos en las tres reuniones que mantuvieron cuando él era presidente del Gobierno de España y Biden el vicepresidente de Barack Obama. Se vieron una vez en Estados Unidos, en una segunda ocasión en Chile y hubo un tercer encuentro en Madrid. 

Zapatero no esconde su expectación ante el esperanzador futuro que se abre a ambos lados del Atlántico. "Para ser el líder que reconozcamos en el resto del mundo, EEUU tiene que contar con el mundo y abrir una gran acción diplomática de recuperación del liderazgo y la autoridad moral", advierte.

La victoria de Joe Biden es, para el expresidente del Gobierno de España, "la mejor noticia" de este 2020 completamente arrasado por la Covid.

Como vicepresidente de EEUU entre 2008 y 2016, Joe Biden tuvo un papel importante en política exterior y era él quien hacía las visitas oficiales cuando la agenda del presidente Barack Obama se lo impedía. De hecho, él fue quien visitó España en mayo de 2010, con usted como presidente. ¿Cómo recuerda aquellos encuentros?

De mis tres citas con él destacaría que tiene una gran empatía personal. Es cercano y muy directo. Además, tenía una deferencia y una visión muy cercana, especialmente a lo que España representaba en el continente latinoamericano.

Estos días he pensado que no es un presidente que llega por primera vez. Es como un segundo mandato, por su larga trayectoria y porque fue vicepresidente con Barack Obama en un Gobierno que tuvo acciones de gran relevancia. Creo que aportará seguridad a la Presidencia. 

¿Cómo definiría ideológicamente al nuevo presidente de Estados Unidos?

Es una persona moderada, de centroizquierda. En el tema de derechos sociales avanzó muy rápidamente, por ejemplo, en el reconocimiento del matrimonio igualitario. Y es una persona que ha estado muy vinculada al espíritu sindical, a los derechos de los trabajadores. Por lo tanto, diría que muy institucional en lo político, avanzado en derechos y comprometido en lo social. 

Joe Biden se define abiertamente como una persona católica. ¿Esta condición abrirá una nueva relación entre EEUU y el Vaticano? Cuando se le preguntó por el muro que separa la frontera de EEUU y México, el Papa Francisco dijo que él era partidario de construir "puentes y no muros". 

Es cierto que él siempre ha mostrado una gran convicción católica. Va a ser muy interesante ver cómo se relaciona un presidente de EEUU católico y progresista con un papa como el Papa Francisco, una figura también muy singular. Estoy convencido de que se va a producir alguna iniciativa de gran calado en este sentido.

Con su llegada a la Casa Blanca, se espera que Joe Biden redirija el papel internacional de EEUU. ¿Cómo se relacionará a partir de ahora Estados Unidos con el mundo?

Esta es, sin duda, la parte más importante, en términos históricos, en el mapa geopolítico. Los grandes temas mundiales nos afectan a todos y, para ser el líder que reconozcamos en el resto del mundo, EEUU tiene que contar con el mundo y abrir una gran acción diplomática de recuperación del liderazgo y la autoridad moral.

En Europa desconcertó el apoyo de EEUU al brexit. En América Latina la política de Trump fue desastrosa: estuvo muy ideologizada y no cuajó alianzas ni consideró al continente como un gran espacio de consenso. Estados Unidos ha estado muy ausente en África, mientras que China ha dado grandes pasos hacia este continente. 

Por eso, lo que esperamos es que ese liderazgo de América se produzca haciendo política exterior. Es difícil ser un líder mundial si no hay un debate a fondo sobre el mundo, y en el primer debate entre Trump y Biden la política internacional estuvo ausente. 

Lo que espero de Biden es que recupere el multilateralismo, que haya consensos en torno a Naciones Unidas, un compromiso hacia la globalización, la vuelta al compromiso de París sobre el cambio climático y que se avance en la recuperación de una comunidad política internacional guiada por los principios de cooperación y resolución política de conflictos. Es muy importante también tener una relación positiva con China: sería extraordinariamente positivo que EEUU y China pasaran de un tiempo de confrontación a un tiempo de cooperación. 

Hay una gran expectación por ver por dónde va a orientar las grandes políticas en el ámbito internacional, pero debemos celebrar que se haya recuperado la democracia representativa, liberal y de grandes consensos frente a los movimientos políticos negacionistas.

¿Qué impacto tendrá en América Latina este triunfo?

Hay dos cosas importantes con la victoria de Biden. La primera, que conoce bien el continente, y debe comenzar un tiempo nuevo donde se recuperen los consensos democráticos en un continente tan polarizado como es Latinoamérica. El presidente de Estados Unidos debe ejercer su liderazgo para unir frente al Gobierno de Trump, que apoyó las posiciones más ultraconservadoras.

En segundo lugar, debe apoyar el proceso de integración Latinoamericana. Es muy importante que en este momento se impulse un plan para la reconstrucción latinoamericana. Es el continente más dañado económica y socialmente por la Covid.

¿Está en manos de Biden resolver el conflicto en Venezuela? Tanto Maduro como Juan Guaidó han dado la bienvenida al nuevo presidente. 

Espero que haya una política de alcance en favor del consenso, del diálogo, de la convivencia en Venezuela. Durante la presidencia de Obama se apostó por el diálogo, espero que se siga por ese camino, porque sabemos que la salida a Venezuela no va a ser la imposición ni las sanciones.  

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en una reciente entrevista en la sede de EL ESPAÑOL. Jorge Barreno.

La victoria de Biden también ha aliviado a la UE, aunque tampoco se muestra muy esperanzada en que las políticas con EEUU cambien de manera considerable. ¿En qué temas se van a ver reforzadas las alianzas entre EEUU y la Unión Europea? 

Hay dos temas importantes. En primer lugar, nunca vimos a un líder demócrata apoyar y alentar el brexit. Este hecho fue un antes y un después en la relación transatlántica. Desde la Segunda Guerra Mundial, el liderazgo de Estados Unidos se sustenta en su gran capacidad, pero la otra gran herramienta que tenía era su vínculo con una Europa unida. Haber apoyado la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea va a ser un error que Estados Unidos o Donald Trump llevarán en su hoja de servicios. 

En segundo lugar, es muy importante también que EEUU y la UE vayan en la misma dirección a la hora de hacer políticas en el mundo: en asuntos como Latinoamérica, Oriente Medio o África, Estados Unidos y Europa deben ir en la misma dirección. 

¿Qué horizonte de oportunidades se abre para España con este cambio?

España debe hacer valer -y es una gran oportunidad- la capacidad que tiene de ser un interlocutor para EEUU muy importante en Latinoamérica y en el Norte de África. Son dos activos que deben contar en la política exterior española con la Administración de Biden.

Joe Biden se reivindica pionero en la lucha contra el cambio climático: a finales de los años 80 introdujo en el Congreso estadounidense un proyecto de ley para proteger al medioambiente y ahora ha prometido inversiones millonarias en energías renovables. ¿El cambio climático se va a colocar como un asunto prioritario en la agenda mundial?

Afortunadamente, sus mensajes y sus compromisos políticos son muy profundos. Es evidente que se abre un impulso decisivo en el mundo, nuevas políticas energéticas. Hay que avanzar en la línea que el Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto como gran prioridad: la transición energética y la digitalización. Por tanto, esperamos que esos compromisos y esa lucha se conviertan en realidad.

Mi insistencia en cómo EEUU mire al mundo tras esta elección está muy imbricada sobre una reflexión: las crisis del siglo XXI son globales. Lo fue la crisis financiera de 2008, está siendo la pandemia  y lo es también la crisis del cambio climático, que es la crisis que más nos amenaza. 

Les digo una cosa: o hay una respuesta global, o este siglo XXI va a ser un siglo lleno de fracasos. Y para que haya una respuesta global, el papel de EEUU es fundamental.

El recién elegido presidente de EEUU ha recibido muchas críticas entre los católicos por su apoyo al derecho al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo. 

Es una confusión que a veces se produce en el mundo católico. El respeto y el avance en los derechos a la libertad y a la igualdad debe ser un progreso para la humanidad, y es muy relevante las posiciones que, de manera progresiva y matizada, está teniendo en estos temas el Papa Francisco.

Quizá el catolicismo necesita abrir un cierto diálogo sobre estas grandes cuestiones que, por otro lado, son las conquistas recientes más importantes, especialmente el derecho al matrimonio homosexual.

La elección de Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia de EEUU se ha entendido también como un guiño al movimiento feminista por parte de Biden. 

Es significativo que celebremos que ahora llega la primera vicepresidenta a Estados Unidos. He leído que el 25% de los congresistas van a ser mujeres. Sin duda, las conquistas de las mujeres son las conquistas más difíciles que ha conocido la historia y que conocen incluso muchas de las democracias más avanzadas. 

La vicepresidenta también representa al voto afroamericano, clave en las victorias de Obama y muy escaso en las elecciones de 2016. En pleno resurgimiento de los movimientos raciales, ¿el voto afroamericano ha sido clave para la victoria de Biden? 

Sí. Por los datos que estoy viendo por condados y estados, se ha incrementado el número de afroamericanos que han votado. Otro dato interesante es que, si solo hubieran votado las mujeres, hubiera ganado Biden con mucha más holgura.

Donald Trump no acepta el resultado de las urnas. ¿Cree que impugnará ante los tribunales el resultado?

La primera condición de un demócrata es la aceptación de la derrota, en eso están fundadas las democracias. Por tanto, me parece que lo que estoy viendo es lamentable. Sin duda, el reconocimiento de la mayoría de líderes mundiales a la victoria de Joe Biden va a cerrar este capítulo, aunque parece que habrá acciones judiciales que no tendrán ningún futuro. 

¿Qué consecuencias va a tener la derrota de Trump para la extremaderecha en el mundo?  

Es un antes y un después. Sin duda, muchos de los problemas que ha habido han sido debidos al crecimiento de la extremaderecha y de movimientos digamos negacionistas en el sentido más amplio de la palabra: negacionistas de la política democrática, negacionistas de la ciencia, negacionistas de todo. 

Afortunadamente, la democracia siempre tiene capacidad de soportar los envites más duros. Para los valores y la convivencia, que haya un presidente moderado que no polarice y que en su primer discurso diga que no somos enemigos, sino americanos, es la mejor noticia de 2020. Estoy esperanzado por el futuro.