Los primeros compases de la pandemia atraparon al coronel Pedro Baños en León. Allí permaneció confinado con su familia. Meses después un accidente lo dejó postrado en cama.

Aprovechó ese período, entre grandes dolores, para volcarse en la última fase de la escritura de su nuevo libro, El dominio mental (Ariel, 2020), un ensayo en el que aborda desde todas las perspectivas la que quizás se convierta en el arma más importante de un futuro no muy lejano: nuestra propia mente, susceptible de ser moldeada por quienes controlen las redes sociales y la tecnología móvil. 

Coronel del Ejército de Tierra, diplomado de Estado Mayor, ha desempeñado labores de Contrainteligencia y Seguridad en el Cuerpo de Ejército Europeo, en Estrasburgo. Baños se sienta a hablar ahora, en medio del desconcierto generalizado, de la segunda oleada de la pandemia y de las estrategias de las grandes potencias de mundo para combatirlo.

Tras Así se domina el mundo (traducido a 11 idiomas) y El dominio mundial, Pedro Baños dirige su atención ahora a las técnicas que el poder utiliza para controlar nuestras emociones. Y advierte que el perturbador porvenir que nos espera ya ha llegado: "Ya no hace falta enviar decenas de barcos de guerra, lanzar andanadas de misiles, invadir con tropas terrestres o amenazar con ataques masivos para someter a poblaciones enteras, a países completos. Basta con actuar en las mentes de los ciudadanos".

¿A qué cree que responde la violencia espontánea en varias ciudades españolas este fin de semana?

A la frustración ante los parches de los gobernantes y ante la incertidumbre económica. Lo que saca a la gente a la calle a protestar es el deterioro absoluto de la economía. Sobre todo ese sentimiento de desengaño en el sentido de ver que los políticos solo arreglan las cosas poniendo sistemáticamente parches.

¿Cree que este fenómeno irá a más, como teme la Policía?

Puede aumentar y prácticamente estoy seguro de que lo hará. La situación económica está deteriorándose a pasos agigantados. El virus está llevando a un verdadero pánico económico. Cuando la situación empeora de esa manera, esto desde luego no augura nada bueno. Algunos lo van a aprovechar para hacer política, en un sentido y en otro. Habrá alborotadores casi profesionales que lo aprovecharán para realizar toda clase de actos de vandalismo. La violencia aumentará en España y también en Europa. Ya lo estamos viendo.



¿Es partidario de que volvamos a confinamientos domiciliarios como en la primera oleada para tratar de controlar el virus?

Mi opinión es, siempre y cuando los mejores especialistas nos aclaren cuál es el período de transmisión del virus, la mejor solución es un confinamiento absoluto de dos o tres semanas, utilizando lo más esencial. La primera es que todos los negocios y todas las empresas que tengan que cerrar durante ese tiempo no paguen impuestos y se les ayude con el cien por cien de los ingresos. Todo lo demás será seguir poniendo parches.

De su nueva obra se trasluce un sentimiento profundamente pesimista sobre la deriva de la sociedad actual.  

Me preocupa enormemente que la democracia que tenemos pueda considerarse moribunda. Necesitamos reanimarla porque corremos el riesgo de perderla. Las democracias liberales occidentales tenían sus deficiencias, y estamos comprobando cómo somos incapaces de reaccionar con políticas de estado sólidas. Nos estamos destruyendo a nosotros mismos. El libro, en realidad, es un llamamiento a que reforcemos la democracia, pero una democracia que sea real y que se preocupe de los ciudadanos. 

Es bastante crítico con las nuevas tecnologías.

Como todo, tiene un lado perverso. Hemos de pensar que estos productos, que son tan atractivos, tienen también su finalidad política y económica. Debemos ser conscientes de que tiene un coste.

Escribe: "La verdad ha perdido su valor. Preferimos estar entretenidos, sin más problemas de los que ya sufrimos la mayoría para salir adelante, que vernos atrapados en decisiones de gran calado político o social".

Esta especie de macroentretenimiento nos mantiene en un estado de inopia. La avalancha de información que nos llega nos impide pensar. Eso me lleva a pensar que la sobreinformación es también un tipo de censura también. A base de insistir sobre ella terminamos por asimilarla. Es extremadamente sencillo confundir a toda la población. 

"Puede ganar Trump"

Soshana Zuboff, profesora emérita de la Harvard Business School, ha desnunciado la influencia desmedida de gigantes como Google, Facebook, Amazon o Apple. Esta psicóloga social acuñó un concepto llamado surveillance capitalism, capitalismo de vigilancia, que se refiere a la mercantilización de datos personales. ¿Comparte este diagnóstico que hace de la sociedad actual?

Lo comparto por completo. Es una parte del libro. Yo he querido recoger de modo enciclopédico lo que existe sobre el dominio de la mente y del cerebro. Una parte de la hipervigilancia significa que nos vigilan para conocer todo sobre nosotros y para vigilarnos y para comerciar con nuestros datos que, de una manera ingenua, aportamos sin darnos demasiada cuenta. Está hecho por personas capacitadas. Saben cómo lograr mantenernos conectados constantemente. 

¿Qué importancia otorga a las redes sociales en las elecciones de los Estados Unidos?

Todas las grandes potencias han tratado de influir en las elecciones de otros países, y Estados Unidos ha sido el primero que lo ha hecho. Siguen interesados en que ciertos gobernantes le sean afines en países que les son cruciales. De lo de 2016, no se pudo demostrar absolutamente nada. Otra cosa es que Rusia viera con agrado que Trump ganara las elecciones. El odio que Hillary Clinton tenía hacia su país les hacía pensar así. Todas las fuerzas están luchando por intentar que gane su candidato. En cualquier caso, van a tener una influencia importante.

El coronel Pedro Baños, en entrevista con EL ESPAÑOL. Carmen Suárez

Con la información que usted maneja, ¿quién cree que ganará las elecciones de mañana en EEUU? ¿Quién cree que es mejor para la estabilidad mundial, Trump o Biden?

Para la estabilidad mundial, es complejo decirlo. En cualquier caso, creo que estará muy reñido, y que lamentablemente habrá disturbios en Estados Unidos gane quien gane. Todavía pienso que puede ganar Trump, pese al apoyo absoluto que ha tenido Biden de los medios de comunicación. No hay que descartarle en absoluto.

Estos días hemos conocido los autos judiciales sobre las detenciones de los empresarios que montaron el Tsunami Democràtic en Cataluña. El magistrado, que investiga si se desviaron fondos públicos para mantener a Puigdemont en Bélgica, considera que el entorno del expresidente catalán contó con el supuesto apoyo del Kremlin, e incluso con un presunto ofrecimiento por parte de Putin de 10.000 soldados rusos para hacer de Cataluña un país como Suiza.

Entiendo que es una noticia que puede llamar la atención. Pero desde el punto de vista militar y estratégico es algo insostenible. Habría que valorar primero el interés estratégico de Rusia para realizar esa acción. Es difícil verlo. Después, desde el punto de vista militar, ¿cómo habrían llegado esos soldados a Cataluña? ¿Por tierra? ¿Por mar? ¿Los iban a aerotransportar? Rusia no se encuentra ahora en su mejor momento, económicamente hablando, no están en una situación boyante. Entre otras cosas, porque no logra mantener unas relaciones financieras con la Unión Europea como a Putin le gustaría. También por las sanciones impuestas por la UE. La OTAN, además, no permitiría esa llegada a España de 10.000 soldados. La noticia yo entiendo que es muy llamativa, los que creen en esa teoría se habrán alegrado, pero es absolutamente disparatada. 

Guerras del futuro

¿Qué interés tiene Putin en desestabilizar Europa?

Es un tema del que se lleva hablando mucho tiempo y del que no se ha podido demostrar nada. Hay que tener en cuenta que, en el caso de Rusia, ellos también están preocupados por los movimientos independentistas en su propio país, con lo que no le haría bien fomentar el independentismo en otras partes del mundo. Por otro lado, la verdadera finalidad de Rusia sería establecer unas buenas relaciones comerciales con la Unión Europea. Sería lo ideal para ellos para recuperar su economía, con lo cual no tendría mucho sentido. Piensa que en las guerras, como decía Napoleón, se hacen con tres cosas: dinero, dinero y dinero. Y Rusia ahora no lo tiene. 

Hace unos días, en las páginas de este periódico, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general del Aire Miguel Ángel Villaroya, reconocía que uno de los retos que tienen por delante las Fuerzas Armadas tiene que ver con mejorar las obsoletas infraestructuras de los ejércitos. ¿Qué aspectos deberían potenciar las Fuerzas Armadas de cara al futuro?

Ahora mismo, hay dos asuntos clave: por un lado, es importante tener buenos expertos en el ámbito económico. Las guerras ahora se libran desde ese punto de vista. Por otro, cómo no, todo lo relacionado con el ciberespacio. Tenemos que mejorar en esa materia, formar ciberespías, cibersoldados...

Un paso importante ha sido la creación precisamente del Mando Conjunto del Ciberespacio, que sustituye al Mando Conjunto de Ciberdefensa. 

Sobre el papel queda muy bien, pero tú tienes que dotarlo de personal, reforzarlo, invertir dinero. Estamos hablando de que la guerra electrónica tiene ya cada vez más importancia. Aparte de la guerra convencional se está librando ya otra guerra de manera constante en el ciberespacio y tenemos que tener la capacidad para luchar en ese terreno. Ya es importante hoy en día, todas las grandes potencias están haciendo un esfuerzo en ese ámbito.

"Los parches"

Se ha advertido del impacto mental de la pandemia en la población.

Estamos hablando de algo que va más allá del propio encierro. Estamos hablando de cómo nos influye, del efecto que nos producen las noticias negativas...

Es esa sensación de constante abatimiento.

Claro. 25 minutos de noticias al día y casi todo coronavirus. Eso afecta a las personas de un modo notable. El efecto psicológico masivo se está empezando a notar en las consultas de los psicólogos y de los psiquiatras. Hay un sentimiento de angustia por el porvenir, por el futuro inmediato. Estamos viviendo una situación realmente difícil sin duda está afectando mentalmente a muchos ciudadanos.

El coronel Pedro Baños es coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, en situación de reserva. Jorge Barreno

¿Existe algún modo de controlarla de manera eficaz sin limitar los derechos fundamentales del ciudadano?

Deberían haberse tomado medidas conjuntas en toda Europa, que para eso estamos en la Unión Europea. El reino de taifas en el que vivimos causa una gran desazón. No se está trabajando con la suficiente eficacia. En un momento tan urgente, es cuando la Unión Europea tenía que haber reaccionado y proporcionar unas directrices comunes a todos sus países. Teníamos que haber actuado de una manera conjunta. Los parches están cansando a la población, y las colas del hambre son cada vez mayores. Y el hambre es una cosa importante en las revueltas y en las revoluciones. Advierto además un desconcierto generalizado que hace que surjan toda clase de extrañas teorías sobre el virus.

El coronavirus está poniendo a prueba nuestro sistema. Da la sensación de que Asia está controlándolo mejor que Europa. Taiwán, por ejemplo, lleva 200 días sin ningún caso. Corea del Sur es otro ejemplo exitoso. Wuhan ya ha regresado a una cierta normalidad. 

Es la democracia la que está siendo puesta en duda. Me preocupa porque prefiero seguir viviendo en democracia, pero si no tenemos cuidado puede que estemos llevando a la tumba un sistema que ya de por sí estaba desprestigiada por la corrupción y por sus pésimos e incompetentes líderes.

Para enfrentarse al virus los asiáticos han apostado con fuerza por la vigilancia digital. Se podría decir que en Asia la pandemia no la está combatiendo solo la ciencia, los epidemiólogos. También contribuyen a frenarla los informáticos y los especialistas en Big Data.

Lo cierto es que esos tintes autoritarios se están dando cada vez más en las democracias liberales. Pero la eficacia que ellos están encontrando es algo que no se ha dado aquí todavía. La política tiene que ser algo diferente, es algo que tienen que trasmitir nuestros líderes, no es un juego, y si no lo entendemos así la democracia puede que la estemos empezando a enterrar. 

Los principales analistas militares concuerdan en que el panorama mundial está basculando hacia un orbe cuyo predominio será eminentemente asiático. ¿La gestión de la pandemia dará la puntilla al viejo mapa del mundo? 

La pandemia ha acentuado un proceso que ya estaba en marcha. Desde luego han exhibido una eficacia superior. Para que se termine de dar ese sorpasso a los Estados como principal potencia mundial, habrá una pelea, y esa pelea que vamos a vivir en los próximos años será muy dura. Estados Unidos no puede permitir que ese sorpasso se materialice. China va a hacer esfuerzos por desbancar el dólar. Será un enfrentamiento a todos los niveles, pero principalmente ensayando esas nuevas formas de guerra, incluyendo la importancia del ciberespacio y de la manipulación informativa y mediática.

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