Casi nadie en el Partido Popular ve motivos para abstenerse en la moción de censura que Santiago Abascal defendió en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados durante toda la mañana del miércoles. Tras escuchar el "discurso-mitin" del presidente de Vox, un testimonio "inútil" y "falsario", prácticamente todos los diputados y altos cargos del PP apuestan decididamente por voto contra esta alternativa de Gobierno "que es de todo menos alternativa". 

Tras varias semanas manteniendo un intencionado silencio, la dirección nacional del PP subraya la víspera de la votación que la decisión de votar 'no' o abstención lleva ya "un tiempo tomada", pero que el sentido definitivo del voto lo anunciará el propio Pablo Casado durante la sesión de este jueves.

Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el presidente del PP ordenará a los 89 diputados del grupo parlamentario votar 'no' y no cabe voto de conciencia para aquellos que han pedido abiertamente la abstención, como la exportavoz Cayetana Álvarez de Toledo. Será el líder de la oposición quien desplegará desde la tribuna de oradores las razones que le conducen a votar en contra de la moción de censura presentada por Vox para derrotar a un Gobierno con el que su partido está radicalmente en contra. 

El líder de la oposición, que ha optado este miércoles por ignorar por completo la moción de censura que se debate, prepara "a conciencia" uno de sus discursos más trascendentales, por el fondo y por la forma. Mientras el Congreso debatía la propuesta de Abascal, Casado se reunía por la tarde por videoconferencia con el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario del euro y diálogo social, Valdis Dombrovskis, a quien le trasladó la propuesta de crear una autoridad independiente que gestione los fondos europeos como en Grecia, Francia e Italia y pactar el plan nacional de reformas y el cumplimiento de las recomendaciones de la Unión Europea.

Tras el tono "destructivo" de la sesión plenaria del miércoles, Casado tiene pensado hacer una larga y reposada reflexión sobre la delicada situación que atraviesa el país por "culpa" del Gobierno de Sánchez. Además, quiere presentar un discurso "de hombre de Estado" con el que busca proyectarse ante los ciudadanos como "la única alternativa posible", la tercera vía, a los dos únicos caminos que intentan presentar en la moción: o el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias o Vox.

"Moción-trampa"

El discurso de Pablo Casado es especialmente trascendente en un momento de máxima confrontación política y cuando el votante de centroderecha está más dividido que nunca. El presidente del PP buscará convencer con la palabra al electorado que se sitúa a la derecha del PSOE de que la moción de Vox no sirve para echar a Sánchez del Gobierno y que las soluciones a los problemas reales de España no llegarán con Abascal. 

Los conservadores llevan semanas repitiendo como un mantra que esta es una "moción-trampa" simplemente porque "los números no dan: tendría que votar ERC y Bildu a favor". Así lo defendió este miércoles el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que no se ahorró ningún descalificativo contra su rival: "Es un espectáculo", una moción "inoportuna" que "regala" a Sánchez un "magnífico burladero para esconderse", censuró. Además, acusó a Abascal de haber cometido el "tremendo error" de atacar a las instituciones europeas, "aquellas que han servido de contrapeso a Sánchez". El tono durísimo de García Egea abría la puerta definitiva al voto en contra de la moción que despejará Casado este jueves.

La España real

El Partido Popular llegó el miércoles al Congreso con la respiración contenida por si el mensaje de Abascal calaba entre la sociedad. Una vez que Vox se desnudó en la tribuna de oradores, los diputados de Casado se relajaron y lanzaron todo tipo de ofensas a los de Abascal. "¡Si hasta los diputados de Vox miraban el reloj para ver cuándo terminaba su amado líder!", jaleaba un veterano diputado conservador a la salida del Congreso. "Estaba nervioso, el discurso era inconexo. ¡Si ha tenido meses para preparárselo! No da la talla, Ignacio Garriga ha estado mejor que él", se animaba otro diputado de la bancada popular. "El verdadero patriotismo es decir siempre la verdad, no disfrazarse de grandes idea y principios de oportunismo político", esgrimían desde la dirección nacional. 

Los conservadores buscan ahora saltar de las pantallas y canalizar el sentimiento de hartazgo de la gente corriente. El equipo del líder del PP reconoce que es "una falta de respeto" que el Parlamento pierda dos días debatiendo una moción estéril cuando los ciudadanos "luchan por su vida, por no contagiarse, por no perder su empleo y salir adelante. Los autónomos, pymes y agricultores quieren soluciones para continuar con sus negocios y que le bajen los impuestos. Esa es la España real", concluyeron, con la que el PP busca reencontrarse.

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