Nunca en cuarenta años de democracia en España una moción de censura tuvo menos síes y nunca tuvo más votos en contra. El fracaso cosechado este jueves por Santiago Abascal, después del no del PP anunciado por Pablo Casado en su discurso, se agranda aún más si se tiene en cuenta la perspectiva histórica de las cinco mociones de censura vividas en nuestro país desde la transición.

Excluyendo incluso la única que triunfó, por la que Pedro Sánchez logró desalojar de La Moncloa a Mariano Rajoy en 2018 al lograr 180 síes y 169 noes, la evidencia estadística deja en muy mal lugar ahora al líder derechista, votado únicamente por sus cincuenta y dos diputados, los mismos que le aplaudían con entusiasmo al término del debate, primero en el hemiciclo y luego incluso en el patio de la Cámara Baja.

Abascal ha logrado un apoyo más exiguo aún que el de Antonio Hernández Mancha en 1987 contra Felipe González, cuando el efímero líder del centroderecha obtuvo 67 apoyos y 195 noes, además de 70 abstenciones, en un momento en el que el PSOE gobernaba con mayoría absoluta. Peor parado aún sale el líder de Vox frente a los 82 síes que Pablo Iglesias logró en 2017 en su moción contra Rajoy, que recabó 170 votos en contra, el récord de rechazos superado ahora por los hasta 298 diputados que votaban no a Abascal. 97 parlamentarios se abstuvieron ante la iniciativa de Podemos, casi todos ellos de un PSOE a cuyo liderazgo acababa de regresar Sánchez. 

Y si nos remontamos a la primera de todas esas mociones, la del entonces primer líder de la oposición, Felipe González, contra el primer presidente democrático, Adolfo Suárez, la cosa no mejora para Vox. El joven líder socialista recabó entonces cien síes más que Abascal, hasta los 152 respaldos, en una moción que rechazaron 166 diputados y en la que se abstuvieron 21 parlamentarios. 

Abascal sale del debate parlamentario de esta semana con los mismos apoyos que ya tenía asegurados cuando anunció antes de verano su moción de censura, y ni uno más.