La localidad gerundense de Ribas de Freser tiene como tradición en sus Carnavales la quema de una figura. Este año, ardió la del paracaidista que en el desfile del 12 de octubre, Fiesta Nacional, tuvo la mala fortuna de accidentarse con una farola en el Paseo de la Castellana.

La representación del militar estaba acompañada por la de un policía nacional, un guardia civil a porrazos y un mosso disparando un proyectil de foam. Bajo ellos, un contenedor en el que podía leerse "mesa de diálogo", en referencia a las reuniones oficiales que Gobierno y Generalitat mantendrán a partir del miércoles en busca de una solución para Cataluña.

Un año más, Ribas de Freser ha generado gran polémica. Hace 365 días ocurría lo mismo: el Rey, Felipe VI, en una situación poco decorosa. Con indumentaria de guardia civil y juez, sujetaba una balanza en la que a un lado había lazos amarillos y que al otro sostenía los testículos del monarca, pesando más esto segundo.

Los responsables de esta fiesta sostienen que se basan en la actualidad catalana para elegir las figuras que los vecinos contemplarán durante siete días en las calles y que más tarde arderán.

En esta ocasión, el pueblo se ha mofado de Luis Fernando Pozo, cabo primero de la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas, o de los profesionales que durante largos días tuvieron que gestionar llamas y barricadas en el centro de Barcelona o el intento de asalto a edificios públicos tras la sentencia del procés.

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