Dirigentes del PSOE críticos con Pedro Sánchez creen que su investidura gracias a la abstención de ERC es cuestión de tiempo y que, nada más la logre, el líder de su partido buscará garantizarse la tranquilidad en Moncloa gracias a dos instrumentos. El primero será la presentación y aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado, que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, podría presentar en las primeras semanas del nuevo Ejecutivo. No en vano, la tramitación de las cuentas públicas no es precisamente rápida en el Congreso y Sánchez quiere aprovechar el mismo caudal de apoyo de la investidura para jubilar la ley actualmente en vigor, diseñada por el popular Cristóbal Montoro hace más de año y medio. 

"Pedro será presidente con ERC y buscará tener unos Presupuestos. Si eso ocurre, ya se garantiza al menos tres años de mandato, sino cuatro, aunque sea con los mismos Presupuestos. Y acto seguido convocará un congreso del partido para asegurarse de que nadie le tose en toda la legislatura", explica un presidente autonómico en conversación con EL ESPAÑOL.

El razonamiento es sencillo. En estos momentos, Sánchez tiene un dominio casi absoluto de las estructuras del partido, ya que en 2017 copó los órganos de la formación con personas de su estricta confianza. En una Ejecutiva de más de medio centenar de miembros, sólo uno, el exlehendakari Patxi López, no hizo campaña por Sánchez. Sánchez arrasó en las primarias contra Susana Díaz y aprovechó para ampliar aún más su victoria a través de los órganos del partido, configurados tres semanas después de que se dirimiera la pelea por el liderazgo y con una oposición interna entre deprimida y desarticulada. 

Inestabilidad del Gobierno

Sin embargo, dirigentes territoriales críticos con Sánchez creen que un Gobierno difícilmente puede depender del PSOE y los 10 partidos con los que negocia (Unidas Podemos, ERC, PNV, Más País, Compromís, Teruel Existe, PRC, BNG, Coalición Canaria y Nueva Canarias) y ser estable en el horizonte de una legislatura. Especialmente por la volatilidad de ERC, que puede permitir ahora una investidura o incluso unos Presupuestos, si no se dilata su presentación, pero difícilmente garantizará la gobernabilidad cuatro años. Demasiados factores y la liquidez de la política catalana invitan a pensar que los republicanos pueden sufrir muchas idas y venidas en su compromiso con la gobernabilidad de España.

"Lo de Pedro con ERC no acabará bien y nos va a afectar muchísimo, probablemente no sabemos cuánto. Y nosotros tenemos que ganar las próximas elecciones autonómicas y municipales", explica este presidente regional. En otras palabras: puede que Sánchez se mantenga en Moncloa a pesar de que, avanzada la legislatura, su capacidad para aprobar leyes se constriña. Pero los dirigentes territoriales que por calendario tendrían que someterse antes al escrutinio de las urnas, no podrán mantenerse callados. Sobre todo aquellos de comunidades más críticas con el independentismo. 

Un congreso del partido que se celebre en un momento de debilidad o incluso tormenta en el Ejecutivo podría servir para rehacer los equilibrios y restar poder a Sánchez, además de como trampolín para nuevas figuras emergentes que propongan un cambio frente a un hipotético desgaste.

Por eso, varios dirigentes territoriales consultados por este periódico creen que el congreso del partido no se hará esperar para exhibir el sello de autoridad de la Moncloa. Nadie se atreverá a hacer frente a Sánchez justo después de ser investido presidente, que es cuando más poder tendrá.

Qué dicen los Estatutos 

"Si hace un congreso ya, en verano o incluso en primavera, se asegura cuatro años de dominio interno y que las cosas sigan como están", explican fuentes críticas con esta posibilidad. "Yo no sé si él aspirará a repetir como candidato, si es que lo ha decidido ya, pero de lo que no tengo ninguna duda es de que se mantendrá en el puesto hasta el último minuto. Y para eso necesita que nadie le reproche dentro lo que pueda estar pasando fuera", explican. 

Los estatutos facultan a Sánchez para hacer tanto un congreso extraordinario como uno ordinario. El artículo 30 de los estatutos del PSOE faculta a la Ejecutiva o el Comité Federal para convocar un congreso extraordinario, pero éste "sólo puede adoptar resoluciones sobre las materias previstas en el Orden del Día para el cual fue convocado" y, en principio, no puede renovar los órganos de dirección. 

El congreso ordinario, de mucha mayor trascendencia, es convocado por el Comité Federal con al menos 60 días de antelación, según el artículo 29 de los estatutos federales, por lo que, una vez investido, Sánchez podría renovar todos los órganos de dirección tan solo dos meses después, mientras su Gobierno comienza a desplegar sus prioridades políticas y legislativas. 

Además, las normas del PSOE especifican que el congreso "se reúne ordinariamente entre el tercer y cuarto año desde la celebración del congreso ordinario anterior", que se celebró el 16, 17 y 18 de junio de 2017, por lo que nada impediría a Sánchez organizarlo sin dilación, ya que en primavera de 2020 se cumplirán tres años de la última cita interna. 

Noticias relacionadas