Cataluña vive un escenario post sentencia del procés marcado por la tensión. También entre los Mossos d'Esquadra. El independentismo ha calado en la columna vertebral de la policía autonómica y muchos de sus agentes lamentan la "politización" que ha sufrido el cuerpo. Una situación que, en estos días, está viviendo su máximo exponente. Los agentes se lanzan a las calles para contrarrestar la acción de un grupo de radicales a los que, consideran, se les jalea desde ciertas esferas políticas. Y les instan: "Que nos dejen trabajar".

El despliegue policial que se está viviendo estos días en Cataluña poco tiene que ver con el del referéndum ilegal del 1-O. Desde el Ministerio de Interior consideran que la coordinación entre Mossos d'Esquadra y Policía Nacional está siendo "intachable". Sin embargo, los miembros de la policía autonómica -especialmente aquellos que hacen frente a los radicales violentos- se sienten arrinconados. Por eso han pedido a sus superiores que medien ante los políticos separatistas para que dejen de jalear las protestas.

Se trata de los agentes del Área de Brigada Móvil (BRIMO) de los Mossos d'Esquadra, conocidos como los antidisturbios. También existe el malestar entre los miembros del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO). Fuentes policiales consultadas por EL ESPAÑOL apuntan que los episodios de violencia de estos días motivan las quejas de los agentes.

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Se consideran en una posición complicada. Según indican las mismas fuentes, los agentes están dispuestos a cumplir con su obligación, sea cual sea el escenario. Sin embargo, creen que los discursos que se arrojan desde esferas políticas independentistas no hacen más que agravar los hechos.

Entre Buch y Torra

"Es fantástico ver al pueblo movilizado", aseveró el presidente catalán, Quim Torra, en una manifestación celebrada este miércoles en Gerona. A las preguntas de los periodistas, el líder separatista evitó condenar los episodios de violencia que se están viviendo en Cataluña tras hacerse pública la sentencia del procés.

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Pocas horas después, el conseller de Interior Miquel Buch sí condenó expresamente las algaradas y dijo que el presidente Torra es "pacifista interiormente". Pero los mossos que se enfrentan a los violentos anteponen ambos discursos; lamentan el "doble juego" que desempeñan los dirigentes catalanes. 

Esos mensajes -"apretad, hacéis bien en apretar", recuerdan también los agentes- no hacen más que alimentar la mecha de los radicales violentos. Al menos, así lo han comunicado los miembros de la ARRO y de la BRIMO que han elevado sus quejas a sus superiores. Por ahora, se las han trasladado de forma verbal.

El "doble juego"

Han puesto varios datos sobre el tapete. Por un lado, la cifra de compañeros heridos en las protestas: más de medio centenar, varios de ellos de gravedad. Por otro, han comentado las imágenes de agresiones que han sufrido los mossos en los dispositivos. Entre ellas, las de la agente acorralada en una manifestación a la que un guardia civil de paisano libró de un linchamiento.

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Algunos de estos agentes han expresado a sus jefes el "temor" a actuar contra los manifestantes con una actitud violenta. El motivo, el "doble juego" con el que describen el discurso que promulga el Govern catalán. Recuerdan el caso del mosso que, tras proclamar que "la República no existe, idiota", fue investigado por Asuntos Internos. En otros términos, consideran que actuar conforme a la ley puede tener consecuencias jurídicas.

¿Qué recorrido pueden tener estas protestas? Depende de la propia consideración que les den los mandos a las que se las han trasladado. En última instancia, se le puede comunicar este malestar al conseller de Interior. Sin embargo, Miquel Buch no vive su momento político más sólido. Los CDR -los mismos a los que Torra ha apoyado en varias ocasiones- han exigido su cese inmediato.

Mientras tanto, la dirección de los Mossos ya ha enviado una comunicación interna a todos sus agentes en la que decreta el "máximo nivel de alerta" para este fin de semana. Se prevé que las protestas alcancen su punto álgido entre el viernes y el domingo, con unos agentes hastiados por "falta de apoyo institucional" en esta crisis de violencia.

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