El ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini ha permitido el desembarco, contra su voluntad, a los 27 migrantes menores de edad que llevan 17 días a bordo del barco de rescate 'Open Arms' cerca de la costa de Lampedusa, según ha manifestado en una carta recogida por el diario La Repubblica. "Hago esto contra mi voluntad" y solo "porque me lo ha pedido el primer ministro", Giuseppe Conte, ha declarado Salvini.

Los 27 menores no acompañados que están entre los 134 migrantes rescatados a bordo del Open Arms llegaron ya al muelle del puerto de Lampedusa (Italia) a bordo de dos lanchas de la Guardia Costera y la Guardia de Finanzas italianas y pisaron tierra firme después de 16 días en el barco humanitario español.

Después de 16 días en alta mar y a menos de una milla de la isla italiana de la Lampedusa, la situación del barco humanitario de Open Arms "está ya fuera de control" y el fundador de la ONG, Óscar Camps, había asegurado en las últimas horas que a partir de este sábado, la organización "no puede garantizar la seguridad de los 134 migrantes a bordo".

Óscar Camps explica la situación en el barco

Camps ha recalcado que en "cualquier momento" se puede desatar "una acción colectiva y no podemos detenerla". "Desde aquí pedimos el cumplimiento de la resolución judicial que es en sí un titulo suficiente no sólo para entrar en aguas territoriales italianas, sino para la evacuación inmediata de las 134 personas y de la prestación de asistencia".

El máximo responsable de esta ONG española ha dicho que ayer comunicó esta situación a presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, a la canciller alemana, Angela Merkel, al presidente francés, Emmanuel Macron, y al del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a "todas las autoridades italianas".

"Denunciamos que en un barco de bandera española, con ciudadanos españoles secuestrados contra nuestra voluntad, estamos siendo retenidos en una condiciones inaceptables", continuó Camps.

"Tratados como delincuentes"

En esta línea, Camps ha apelado al presidente del Gobierno español para que lidere una política de rescate para remediar esta situación. "Estamos siendo tratados como delincuentes por lo que pedimos a Pedro Sánchez que proteja los derechos de los ciudadanos españoles que tienen a su cargo la seguridad de las personas en un buque con pabellón español que está secuestrado en aguas italianas".

El miércoles un juez italiano dio la razón a la ONG española y tiró abajo el decreto de Salvini que prohibía la entrada en aguas italianas de cualquier embarcación humanitaria bajo amenaza de multas millonarias y la incautación del barco. La sentencia también dictaminaba la evacuación de las personas que se encontraban a bordo.

Fue entonces cuando el Open Arms decidió acercarse a la isla de Lampedusa para protegerse del temporal y esperar la asignación de un puerto donde desembarcar. Sin embargo, esa decisión aún no ha llegado. El desembarco depende en última instancia de la Guardia Costera de Italia, que a su vez controla el Ministerio del Interior encabezado por Salvini.

El penúltimo episodio sucedió este viernes por la tarde cuando el Centro Nacional de Coordinación de Socorro Marítimo italiano, que depende del ministerio de Transporte, informó al resto de ministerios del Gobierno que no ve "ningún impedimento" para que el Open Arms atraque en Lampedusa. En ese comunicado, pide al resto de ministerios que se pronuncien.

La situación a bordo es desesperada, mientras el líder ultraderechista y ministro del Interior, Matteo Salvini, sigue en sus trece de impedir el desembarco pese a los numerosos llamamientos.

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