Robert Mansfield-Hewitt, 50 años. El último de su vida lo ha pasado entre rejas. En la cárcel de Botafuegos, en Algeciras. Permanecía en prisión preventiva tras hallar la Policía Nacional 1,5 toneladas de hachís en el apartamento que había alquilado a través de la plataforma Airbnb. La Justicia, finalmente, le ha declarado inocente tras no acreditar su conexión con los fardos. Ahora, este ciudadano británico prepara una demanda contra la Administración por los daños ocasionados.

Del 27 de junio al 4 de julio, ese es el tiempo en que Robert ha permanecido en la cárcel de Botafuegos. Ingeniero eléctrico y trabajador para el Gobierno de Gibraltar, alquiló una casa en Campamento (San Roque, Cádiz) a través de Airbnb para pasar un fin de semana.

Mientras permanecía allí le sorprendió un operativo de la Policía Nacional. Los agentes hallaron la droga en una de las dependencias de la vivienda en la que se hospedaba.

Al apreciar riesgo de fuga, el juez decretó su ingreso provisional en la cárcel y sin fianza. Hasta que se resolviese el juicio en el que se le acusaba de tráfico de drogas. Más de un año que se convirtió en un "infierno" para el ciudadano británico.

La Fiscalía pedía una pena de cuatro años y medio de prisión y una multa superior a los 7,5 millones de euros. La sentencia del Juzgado de lo Penal Número 2 de Algeciras del pasado 4 de julio, no obstante, ha sido absolutoria. No había suficientes pruebas para acreditar el nexo entre el ciudadano británico y la carga de droga.

Los ingresos perdidos

"Lo ha pasado realmente mal", defiende su abogado, José María Castro, en conversación con EL ESPAÑOL. "Es imposible cuantificar los perjuicios que esto le ha ocasionado a Robert". Según señala, preparan una demanda contra la Administración.

Daños que se basan en varios conceptos, afirma el letrado. Primero, en el "lucro cesante", el dinero que Robert habría dejado de ingresar por no haber trabajado durante el año que ha estado en la cárcel. Segundo, por la "pérdida de posesiones" que ha sufrido durante este periodo, aquellas que tenía que mantener mediante pagos periódicos y que ya han quedado fuera de su alcance.

Los daños morales

"Lo más difícil será poner una cifra a los daños morales que padeció mi defendido". Según el abogado, Robert Mansfield-Hewitt padece secuelas derivadas de la "pesadilla" que ha sufrido por su estancia en el centro penitenciario.

Su caso ha saltado a los principales medios del Reino Unido. El ciudadano británico ya ha regresado a su país y prepara toda la documentación necesaria para presentar su demanda contra la Administración.

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