La Fiscalía ha endurecido las sanciones contra los conductores que circulen bajo los efectos de las drogas. A partir de ahora, estos tendrán que enfrentarse siempre a los Juzgados, en un intento de evitar que este tipo de infracciones se queden finalmente en una mera sanción administrativa. 

Así, la institución judicial ha dado instrucciones a los agentes de tráfico para que lleven ante un juez a todo conductor que reúna un conjunto de signos externos de haber consumido drogas, independientemente de la prueba de saliva que se le practique. Además, les ha permitido grabar estas actuaciones como prueba.

Para ello ha remitido a la Guardia Civil, a los Mossos d'Esquadra, a la Ertzaintza, a la Policía Foral de Navarra y a las policías locales un "acta de signos externos para la determinación de la influencia de drogas en la conducción" en vigor desde el pasado viernes para que rellenen los síntomas que aprecian y en la que le marcan las pautas en las que procede un atestado judicial.

El objetivo de esta medida es intentar que las sanciones a los conductores drogados no se queden sólo en sanciones administrativas, sino que los agentes pueda formar atestados que deriven en procedimientos judiciales en los que ya los jueces valoren las pruebas para determinar si procede una condena.

De las 53.173 condenas que se dictaron en 2018 por delito por conducir bajos los efectos del alcohol y las drogas -un 10% más que en 2017- menos de 200 fueron por estas últimas.

Según el Instituto Nacional de Toxicología, los conductores muertos en accidentes de tráfico tras consumir drogas, sobre todo cannabis y cocaína, aumentaron casi nueve puntos porcentuales en la última década, del 10,7% en 2008 al 19,1% en 2018.

 

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