Pedro Sánchez negocia los grandes puestos comunitarios, pero no hay por el momento ni atisbo de sus intenciones sobre quién será su designado como comisario europeo. Son tres los que tienen más opciones por su posición actual y disponibilidad, según las apuestas que se manejan en el seno del Gobierno. Es del seno del Ejecutivo de donde, además, provendrá seguramente el elegido. 

El candidato más obvio es Josep Borrell, actual ministro de Exteriores y cabeza de lista a la Eurocámara por el PSOE en las pasadas elecciones, que ganó con rotundidad. Las otras dos son Nadia Calviño y Teresa Ribera, las ministras de Economía y Transición Ecológica. Luis Planas, ministro de Agricultura y con amplia experiencia europea, también ha sonado entre los favoritos, aunque en las últimas semanas se le enmarca más en un ascenso dentro del propio Gobierno aún por concretar. 

Fuentes gubernamentales asisten estas semanas a escenas de cierto nerviosismo por la indecisión de Sánchez, que encuentra en la decantación de los demás puestos la excusa perfecta para no aclarar sus preferencias y mantener a todos en vilo. 

Los otros cuatro puestos en liza son el de presidente de la Comisión Europea, del Consejo, del Parlamento y del Banco Central. Por distintos motivos, para ninguno de ellos suena ningún nombre español, por lo que Sánchez tendrá que concentrarse con algún cargo de importancia en un nivel inferior.

Para avanzar en las negociaciones, el presidente del Gobierno está desplegando una intensa agenda comunitaria que este jueves tuvo mayor intensidad al calor de una cumbre europea en Bruselas. La prudencia de Sánchez es comprensible: dependiendo del perfil del presidente de la Comisión (tanto su género, como su familia política o su procedencia geográfica), España presentaría una apuesta u otra como comisario, pero siempre intentando que fuese complementaria para tratar de que así el cargo que reciba sea más importante. 

Sánchez prometió a Borrell ser comisario

Fuentes del Gobierno explican a EL ESPAÑOL que Sánchez prometió a Borrell ser comisario antes de las elecciones, pero que tras el 26 de mayo no ha ratificado esa intención, algo que ha generado dudas en el todavía ministro de Exteriores. Borrell aspira a un gran cargo, ya sea en Bruselas o en el Gobierno central y, según las fuentes consultadas, descarta ser eurodiputado raso, algo que sería en parte desaprovechar su experiencia y dotes para un puesto de mayor relevancia. 

Borrell no ve con malos ojos ser comisario, especialmente se trata de un asiento con rango de vicepresidencia. Le atraen la estabilidad del cargo, cinco años en un contexto de estabilidad donde no se estilan las mociones de censura, y su excelente remuneración. Ahora es ministro de Exteriores, pero las fuentes consultadas aseguran que no quiere convertirse en Alto Representante, es decir, jefe de la diplomacia comunitaria, sino que preferiría otra cartera, por ejemplo en el ámbito económico. En cualquier caso, Borrell suele ser reticente a los cambios pero acaba aceptando los encargos del presidente del Gobierno sin objeciones. 

No se descarta, en ningún caso, que Borrell siga en el Gobierno a pesar de ser el cabeza de lista a la Eurocámara. No sólo fue el cabeza de cartel. En el siglo XXI sólo ha habido dos socialistas españoles que han ganado unas elecciones europeas. Josep Borrell en 2004... y Josep Borrell en 2019. 

La vuelta a casa de Calviño

La otra gran aspirante es Nadia Calviño, para quien sería una vuelta a casa. La ministra de Economía había alcanzado el techo como alta funcionaria al convertirse en directora general de Presupuestos en su última etapa. Se mueve como pez en el agua en esos ambientes (más que en la política y la comunicación en España, según fuentes del Gobierno) y ya goza del prestigio necesario que le permitiría comenzar en su puesto con proyectos ambiciones. 

Sin embargo, su capacitación para el cargo podría ser, paradójicamente, el motivo de su permanencia en Madrid. Sánchez podría querer conservarla como ministra de Economía precisamente para seguir aprovechando la interlocución con Bruselas y sectores económicos clave. Sánchez alude habitualmente a la consolidación fiscal y el mantenimiento de los compromisos comunitarios para los que Calviño sería, desde el Gobierno, un excelente activo. Eso sí, fuentes cercanas a la titular de Economía aseguran que ella estaría encantada de volver a Bruselas si el presidente se lo pide. 

En las últimas semanas emerge el nombre de Teresa Ribera. La ministra de Transición Ecológica tiene prestigio en su sector y experiencia europea, además de una gran pasión por áreas que son claves en el proyecto de Sánchez pero son de gestión global. Su plan climático fue alabado por Bruselas como uno de los más ambiciosos. Sin embargo, su perfil es mucho menos político que el de Borrell y no es mayor que el de Calviño. Por otra parte, Miguel Arias Cañete ha sido el comisario de Acción Climática y Energía y su presencia ha sido más que discreta, tanto en la Comisión como en su proyección exterior.