Las investigaciones son complejas y los guardias civiles exponen su integridad en la lucha contra el narcotráfico. Frente a ellos tienen a criminales organizados, envalentonados en una región -la provincia de Cádiz- en la que se han hecho fuertes. No faltan las voces dentro del Cuerpo que dicen que este es "el peor destino" que le puede tocar a un agente: presión constante, inseguridad, agresiones... Trabajo arduo que en ocasiones queda en papel mojado. ¿El motivo? El "colapso judicial" que se vive en Campo de Gibraltar.

Los guardias civiles desplegados en la zona comparten un lamento: "Los narcos no pagan por lo que hacen". Dicen que las causas judiciales se acumulan en Campo de Gibraltar; que las dilaciones en los plazos suponen rebajas en las condenas a los criminales. Los criminales vuelven a las calle dispuestos a delinquir tras cumplir "penas ridículas": "Si es que llegan a cumplirlas...".

La reivindicación es clara: "Más medios humanos y materiales para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", resume Juan Amado, responsable de prensa de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). Pero no es suficiente: "De poco sirve tanto esfuerzo si luego se colapsan las causas en los juzgados".

"Guardias civiles, fiscales y jueces hacemos nuestro trabajo y lo hacemos bien -asevera Amado-, pero el colapso en los tribunales permite que los narcos sigan siendo los dueños de Campo de Gibraltar".

El portavoz de la asociación pone como ejemplo el del grupo de narcotraficantes que se llevó por la fuerza a uno de sus miembros de un hospital cuando era custodiado por agentes: "Se sienten impunes; también nos embisten cuando les perseguimos, queman nuestros coches...".

Así, la provincia de Cádiz se ha convertido en un "infierno" para los agentes desplegados en la región.

Las soluciones propuestas

José Encinas, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), se expresa en la misma línea que Amado: "Se está haciendo un trabajo incansable e impresionante por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero una vez que llegan a la autoridad judicial...".

Los narcotraficantes -y sus abogados- saben de este colapso. Usan todo tipo de "triquiñuelas" basadas en este problema, asegura Encinas, para reducir las condenas por sus delitos: "Debido a las dilaciones penales por falta de personal y causas complejas, los narcos ven que sus penas son reducidas".

Fuentes de Justicia consultadas por EL ESPAÑOL admiten el problema que se vive en Campo de Gibraltar. Existen dos soluciones posibles. La primera, y más plausible, es la creación de nuevos juzgados en la zona, tal y como ha prometido la Junta de Andalucía en varias ocasiones.

La segunda consiste en dar un mayor protagonismo a la Audiencia Nacional en algunos de los casos de mayor envergadura; una opción más compleja, porque requeriría cambiar los requisitos por los que un caso termina en esta sala.

A falta de soluciones -al menos a corto plazo- los guardias civiles inciden en que el colapso judicial "es un riesgo de seguridad para toda la ciudadanía". Para ello exigen que Campo de Girbaltar sea declarada una zona de especial singularidad, como en su día lo fue el País Vasco en tiempos de ETA.

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