Pedro Sánchez no quiere comenzar la legislatura con Navarra como talón de Aquiles. La compleja aritmética electoral en la comunidad da la llave a los socialistas, el PSN, que con 11 diputados podrían dejar gobernar a Navarra Suma (la coalición de UPN, PP y Ciudadanos), que logró 20, o intentar un pacto de izquierdas alternativo para el que sería imprescindible la abstención de EH Bildu.

María Chivite, candidata socialista a la presidencia, anunció que nunca permitiría gobernar a Navarra Suma y que intentaría un pacto con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida. El secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, advirtió de que no habría negociación con EH Bildu, a pesar de que sus siete diputados son imprescindibles, ya que si votasen "no" a Chivite junto a Navarra Suma, tumbarían la investidura. 

Todo se encaminaba hacia un modelo similar al de la moción de censura de Pedro Sánchez: no negociar pero recibir apoyo aunque fuese de forma de abstención. 

Este lunes, Ferraz ha avanzado que se planta ante un escenario así. "No nos gustan los contactos de los que se está hablando", explican fuentes de Ferraz a este periódico. "Nos desmarcamos de esas conversaciones" de Chivite con el resto de partidos, explican. 

Según fuentes socialistas, el PSOE nunca ha estado implicado en esas negociaciones. Aunque Ferraz no aclara si eso significa dejar gobernar a Navarra Suma, liderada por Javier Esparza, parece inevitable. 

La noticia fue adelantada por El Confidencial y la Cadena Ser. Otras fuentes socialistas explican que ha sido Sánchez quien ha dado la señal de alto a pesar de que podría originar una grave crisis en el socialismo navarro, tanto para el liderazgo de Chivite, que se vería desautorizado, como para el hombre del PSN en Ferraz, Santos Cerdán, número dos de Ábalos en Organización. 

Además, dejar gobernar a Navarra Suma podría complicar la investidura de Sánchez, ya que el PNV rechaza un Gobierno conservador y constitucionalista en Navarra. Está por ver si los dos diputados de Navarra Suma en el Congreso apoyarían a Sánchez a cambio de gobernar en la comunidad a pesar de que los partidos nacionales que componen la coalición, PP y Ciudadanos, voten "no" a Sánchez en el Congreso.