El proyecto estaba congelado ante la incertidumbre de las pasadas elecciones generales del pasado 28 de abril. Ahora, tras la victoria electoral del PSOE y la más que asumible reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, el Ministerio del Interior -con la incertidumbre todavía de quién lo dirigirá- reactiva uno de los grandes proyectos anunciados por Fernando Grande-Marlaska al asumir la cartera: la retirada de las concertinas en las fronteras de Ceuta y Melilla, que cubren aproximadamente un tercio del vallado.

"Haré todo para que las concertinas puedan ser retiradas", señaló Marlaska poco después de ser nombrado ministro de Interior, en junio de 2018. Así anunciaba el fin de los tramos cubiertos con cuchillas: aproximadamente un tercio de los 12 kilómetros de vallado que dibujan la frontera física de Melilla y los 8 de Ceuta con Marruecos.

Lo que en un principio parecía que se podía resolver en poco tiempo, finalmente se alargó. Principalmente porque los diferentes agentes implicados en la seguridad de las fronteras pedían una medida alternativa, que cumpliera con el propósito del Ministerio pero que fuera igualmente eficiente y disuasorio.

Durante los últimos meses, esos agentes implicados -principalmente Guardia Civil y Policía Nacional- han desarrollado sus propuestas. EL ESPAÑOL ya adelantó la del Instituto Armado, consistente en una serie de barrotes de gran altura, con planchas de acero intercaladas -que evitarían el uso de ganchos para los saltos- y un cilindro rotatorio superior.

El Ministerio de Interior recibió las diferentes propuestas y las trasladó a diferentes empresas especializadas para consultar su viabilidad y presupuestos. Un proceso largo y que justifica la tardanza en la retirada de las concertinas. Pese a todo, Fernando Grande-Marlaska ha aseverado en varias ocasiones su intención de seguir con su proyecto; así lo hizo saber en sendas visitas a Ceuta y Melilla el pasado mes de febrero.

El plan, no obstante, entró en una fase de congelación al convocarse las elecciones generales del pasado mes de abril: "Ahora mismo no se puede avanzar nada, ni en un sentido ni en otro", señalaban fuentes del Ministerio de Interior. Sobre la mesa estaban las diferentes propuestas, pero la incertidumbre política no aconsejaba tomar una decisión de esa envergadura.

Pedro Sánchez, una vez ganadas las elecciones del pasado 28 de abril, ha llamado a los representantes de los principales partidos políticos para tratar de encontrar la fórmula que le permita gobernar durante los próximos cuatro años. Por mucho que Pablo Iglesias sugiriese en campaña que él podría ser ministro de Interior a cambio de brindarle a Sánchez el apoyo de Unidas Podemos, lo cierto es que el líder socialista sólo concibe un Gobierno monocolor.

¿Quién asumirá la cartera de Interior y tomará la decisión final en cuanto a las concertinas de Ceuta y Melilla? Sánchez reconfigurará buena parte de su equipo -este diario ya ha adelantado algunos de los 'ministrables' a Exteriores- y los movimientos podrían llegar a afectar a Interior. Marlaska cuenta con el respaldo absoluto de Sánchez, y si éste no le llama para cubrir otro espacio, se considera que puede repetir sin problemas al frente del Ministerio en la próxima legislatura.

En cualquier caso, los informes finales ya están desarrollados y el proyecto, en un estado avanzado. Con el futuro político más despejado, sólo falta la luz verde para retirar las concertinas. Los plazos dependerán exclusivamente de la voluntad política en cuanto se rubrique la formación de un nuevo Gobierno.