El que fuera candidato presidencial por el Partido Socialista francés, Benoît Hamon, ha reivindicado este jueves el carácter "inalienable" del derecho de autodeterminación, en vísperas de su visita este lunes en Madrid a los líderes separatistas que están en la cárcel, a quienes considera "presos políticos". 

"Actualmente no se puede pretender defender las libertades políticas en Europa y desinteresarse de lo que pasa en Cataluña", ha afirmado en declaraciones a Efe Hamon, actualmente líder del movimiento fundado por él mismo, Géneration.s.

Hamon, que dejó el PS en julio de 2017 tras su mal resultado en las presidenciales para lanzar su movimiento político, viajará invitado por el Gobierno de la Generalitat, aunque asegura que su objetivo no es apoyar sus posiciones: "No soy independentista catalán". A su llegada, será recibido por el consejero catalán de Acción Exterior, Alfred Bosch, y tras visitar a los presos el lunes por la mañana comparecerá ante los medios.

A su juicio, se trata de "presos políticos" porque "intentaron organizar un referéndum que buscaba una solución política a un conflicto político", y el derecho a la autodeterminación "es un derecho fundamental".

"No ha habido nunca un conflicto político que se resuelva en los tribunales" y "eso lo saben Rajoy, Sánchez y el Rey", indicó.

En cuanto a los reproches por injerencia en los asuntos internos de otro país que se le han hecho por ese viaje, Hamon dijo que él vería bien que los españoles también se implicaran en el debate político francés, por ejemplo para criticar su política migratoria.

Hamon consideró "demencial" que estén en prisión "los dirigentes de un gobierno regional", que, en caso de ser condenados y recibir fuertes penas, "puede alejarnos de una solución duradera".

Benoît Hamon fue eurodiputado y portavoz del PS antes de entrar en 2012 como ministro en el Gobierno del presidente François Hollande, de cuyas políticas se distanció hasta salir del Ejecutivo. En enero de 2017, ganó las primarias de su partido para elegir al candidato presidencial frente al ex primer ministro Manuel Valls.

Su candidatura, escorada a la izquierda, sólo consiguió el 6,4 % de los votos, con lo que quedó eliminado en la primera vuelta de las presidenciales, lo que sumió al PS en una de sus crisis más profundas.