"iDental me destrozó la boca", es el clamor de Emilia, clienta afectada de la cadena odontológica recientemente clausurada en el considerado como el mayor fraude sanitario de España. Sus responsables y quienes financiaron la compañía están en la cárcel. Y el material intervenido por las autoridades se vende ahora, pieza por pieza, bajo subasta. 

Cepillos, herramientas e incluso mobiliario. Fuentes judiciales consultadas por EL ESPAÑOL desvelan que el material está a la venta a través de la empresa de subastas Escrapalia. Un procedimiento habitual en el material intervenido por los cuerpos policiales en sus operativos: una vez aprehendido, queda en disposición de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), dependiente del Ministerio de Justicia. El organismo trata de dar salida a los efectos que considera que ya no son útiles para la investigación.

El proyecto iDental arrancó en 2014 y pronto comenzó su expansión con una cadena de establecimientos por toda España. En otoño de 2017, el grupo inversor Weston Hill adquirió la cadena. Los fundadores les dejaron una fuerte deuda y una lista de espera de 150.000 pacientes que ya habían pagado por sus tratamientos y aún no habían sido atendidos.

En julio de 2018, la cadena iDental echó el cierre. Miles de personas quedaron afectadas, sufriendo las consecuencias de tratamientos inadecuados y habiendo vaciado sus bolsillos. Las pesquisas todavía siguen abiertas y en enero de este año se detuvo a dos fundadores de la cadena, uno de ellos en Reino Unido. Ambos fueron enviados a prisión.

Las mismas fuentes judiciales indican a este diario que los agentes pusieron el material intervenido en las clínicas a disposición del Ministerio de Justicia. Ahora, sus efectos se venden al mejor postor.

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