"No me gusta mezclar política con deporte", dijo Pablo Iglesias antes de mezclar política con deporte. Es domingo, 2 de octubre de 2016, y el líder de Podemos se enfunda el traje de entrevistador para charlar con el antiguo entrenador y seleccionador nacional Pepu Hernández. Desde este martes, Hernández es el flamante aspirante a la alcaldía de Madrid con el apoyo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.  

"¿Si tuvieras que comparar a los principales partidos en España con estilos de jugar al baloncesto, digamos, qué dirías?", preguntó Iglesias en su programa Otra vuelta de tuerka, que se emite por internet. "A nosotros nos gustaría parecernos al Estudiantes", añadió con una sonrisa. "Os parecéis al Estudiantes", concede Hernández al recordar el equipo al que ha entregado buena parte de su vida y en el que también jugó el propio Sánchez. 

Según Pepu, Podemos trabaja, como el Estudiantes, "filosóficamente" con "un esfuerzo determinado", "siempre con un equipo por encima", pero es capaz de crecerse y ganar a los más grandes, aunque a veces esos esfuerzos acaben sucumbiendo "por agotamiento". "El PSOE debería de ser también un poquito Estudiantes. Su líder fue jugador", según él.

"Posiblemente el PP es el Real Madrid", dice después, recabando el apoyo de Iglesias. "Yo lo creo también", asegura. En el razonamiento de Iglesias hay un poso antiestablishment o antiélite que fue un elemento fundacional de su partido, además de una asociación, hecha en otros momentos por dirigentes de Podemos, del Real Madrid con el ejercicio del poder, el favoritismo y hasta la corrupción que ellos dicen combatir. 

Esa especie de David contra Goliat, o de Astérix contra los romanos, es expresado también por Pepu Hernández en otro momento. "Todos soñábamos que íbamos a ser extraordinarios jugadores, que íbamos a llegar al primer equipo del Estudiantes y que iba a venir el Real Madrid a por nosotros". "Y en mi caso yo le iba a decir que no", comenta. 

A la frase le han sacado punta algunos militantes socialistas en privado, en su mayoría críticos con la designación que Sánchez ha hecho del entrenador, que consideran que un aspirante a la alcaldía de la capital no debe hacer comentarios contra el Real Madrid, uno de los principales clubes de fútbol del mundo y también de baloncesto. 

Visión crítica de la Transición

Pepu Hernández también coincide con Podemos en su visión crítica de la Transición y los 40 años de democracia, defendidos por el PSOE como uno de los mayores logros de todos los tiempos de la sociedad española y denostados a menudo desde el partido morado como una mera continuación del régimen anterior. 

"Creo que no hemos superado absolutamente nada el franquismo", dijo en una amplia entrevista con EL ESPAÑOL en 2017. "Parecía que habíamos superado el franquismo porque teníamos una Constitución, y siempre pensé que la Transición era un comienzo, no un final. Y mucha gente ha visto la Transición como un final de algo, y ya está. Y no hemos hecho absolutamente nada", según aseguró entonces. 

Además de estos planteamientos, propios de alguien que no es político (Hernández no tiene tampoco carné del PSOE), sobresale otro, hecho en 2008, cuando José Luis Rodríguez Zapatero vivía uno de sus momentos más dulces, antes de el devastador impacto de la crisis económica que certificó la salida del PSOE de la Moncloa. 

En una entrevista en un foro de La Razón, Hernández fue preguntado acera de por quién apostaría para marcar un triple en el último momento, si por Mariano Rajoy o por José Luis Rodríguez Zapatero. "Voy a ser bastante directo en esto: creo que Mariano Rajoy anotaría ese triple o, al menos, lo podría lanzar. Le veo con una mayor capacidad de reflejos". Una década después, Pedro Sánchez, con quien Pepu compartió equipo, sería el primer presidente en acceder al cargo a través de una moción de censura.

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