"Cataluña nos puede llevar a todos por delante". Así de claro lo tiene un presidente autonómico del PSOE tras los primeros meses de Gobierno de Pedro Sánchez y justo cuando el Ejecutivo se embarca en la negociación de las cuentas públicas. 

"Esa es la amenaza. Todo sigue yendo sobre eso y Cataluña será la clave de las elecciones", explica esta fuente. El calendario parece claro. Los Presupuestos Generales del Estado no llegarán al Congreso de los Diputados hasta mediados de diciembre. El grueso de su tramitación será ya en 2019, algo que podría hacer que coincidan con los prolegómenos o el inicio del juicio a los dirigentes independentistas procesados por rebelión o malversación.

Las señales procedentes de los partidos independentistas inquietan a los socialistas, que en este momento presiden el Gobierno de siete comunidades: Andalucía, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Aragón  y Baleares.

En al menos cinco de ellas, el PSOE tiene un inequívoco discurso en defensa de la unidad de España y varios de sus presidentes han mirado siempre con recelo los esfuerzos diplomáticos de Moncloa por iniciar un diálogo con los que sólo quieren hablar de independencia. En la Comunidad Valenciana y en Baleares, con lengua cooficial y más cercanas identitariamente a Cataluña, ese diálogo ha sido en parte celebrado como una vuelta a la normalidad institucional.

Pero los presidentes de las comunidades más críticas con el independentismo creen que su puesto depende, en gran medida, de cómo evolucione el escenario catalán.  Según las fuentes consultadas, la mayoría ven improbable una convocatoria electoral para marzo, ya prácticamente el único momento que le queda a Sánchez si quiere adelantar los comicios antes del 26 de mayo, cuando se celebran las autonómicas, municipales y europeas. Coinciden en que podría hacerlo si naufragan los Presupuestos y que ese sería un buen desencadenante, pero les parece improbable. Ninguno asegura haber hablado de la fecha de los comicios con Sánchez. 

"No se van a quedar quietos"

"Los independentistas no se van a quedar quietos. Aunque ahora aparezcan separados, tienen varias opciones para sacar sus Presupuestos [los de la Generalitat] adelante y aguantar, como han dicho, al menos hasta la sentencia del procés", que en círculos políticos se espera para después del 26 de mayo. "Hasta entonces, está claro que hay una única cosa que les une: los presos. Van a pasearlos todo el tiempo mientras a nosotros se nos pondrá cara de tontos defeniendo el diálogo con la Generalitat", explica uno de los presidentes consultados. 

Existe temor en el PSOE, especialmente en las comunidades con un espíritu más centralista, sobre la posibilidad de que Ciudadanos y, en menor medida el PP, se lleven un buen bocado de votos que, de no haber desafío independentista, volverían a ellos. 

La visita este viernes de Pablo Iglesias a Oriol Junqueras, preso en Lledoners (Barcelona) no ha ayudado. Hasta tres presidentes autonómicos han alzado la voz para criticar no sólo la visita sino que se presente como un gesto con la complicidad o el encargo del Ejecutivo, algo que Sánchez ha negado en todo momento. 

"Videpresidente en la sombra"

Susana Díaz, presidenta andaluza, ha cargado contra Iglesias por su "sobreactuación permanente" al "querer aparecer como si fuera un vicepresidente en la sombra" hasta el punto de que "ha llegado incluso a puntualizar que él no habla en nombre del Gobierno", dijo. El presidente de Asturias, Javier Fernández, pidió a Sánchez que deje claro que Iglesias no es su "embajador" ante Junqueras mientras que el de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, advirtió de que el líder de Podemos en modo alguno le representa. 

En Andalucía, el tiempo corre hacia el 2 de diciembre, fecha de las elecciones. Esta semana, la precampaña fue sobresaltada por las declaraciones de Isabel García Tejerina, exministra de Agricultura, que dijo que los niños de 8 años en Castilla y León sabían tanto como los andaluces de 10. 

El PSOE recibió el comentario, desautorizado por el líder del PP andaluz, con una fiesta. "¡Nos ha hecho la campaña!", exclamaba una diputada socialista andaluza en el Congreso. Díaz cree, cada día que pasa, que sus elecciones "con acento andaluz", como ella las plantea, pueden quedarse al margen o, en cualquier caso, menos contaminadas por el escenario catalán que las citas de sus colegas. Pero todo sigue abierto. 

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