Pieza a pieza, el FT-17 ha vuelto a latir. Su motor ruge y el vehículo, considerado el primer tanque de los ejércitos españoles, vuelve a caminar un año después. Su historia se escribe sobre el desembarco de Alhucemas (1925). Su nombre sostiene los orígenes de los carros blindados que actualmente emplea el Ejército de Tierra. Por eso, en el primer aniversario de su llegada a España, el Cuerpo lo ha recuperado tras un proceso de rehabilitación de cinco años.

Su restauración ha sido posible gracias a la intervención de numerosos agentes: empezando por el Mando de Apoyo Logístico del Ejército y la Brigada Guadarrama XII, pasando por el Instituto de Historia y Cultura Militar, hasta "las ayudas desinteresadas de apasionados del entorno de los blindados", según explica el Cuerpo castrense. Cinco años en los que se ha recuperado un blindado cuya historia se remonta un siglo atrás.

Los trabajos de restauración comenzaron en junio de 2012. El proceso arrancó con el desmontaje completo del vehículo blindado. Los técnicos revisaron y restauraron pieza a pieza el FT-17, una de las fases más complejas de la recuperación. En enero de 2016 empezaron a montar las piezas ya restauradas y en abril de 2017 se realizó la primera prueba de motor. En julio de 2018 se trasladó el carro blindado a las instalaciones del regimiento acorazado Alcázar de Toledo nº. 61, donde se le dieron los últimos retoques. Esta semana, el Ejército de Tierra presentó el resultado final en la base de El Goloso.

Recuperación del FT-17 del Ejército de Tierra

La historia del blindado

El 23 de junio de 1919, el rey Alfonso XIII presentó el primer FT-17 al servicio del ejército español. Por entonces, y observando el transcurso de la Primera Guerra Mundial, se había advertido el potencial de este tipo de vehículos. Los fabricantes: la factoría francesa Renault. La misma que hoy se sostiene en la venta de coches y utilitarios para el uso diario. La llegada de aquel FT-17, con una torreta y ametralladora, captó la atención de la prensa del momento. En 1922 se compraron 11 unidades más.

El vehículo contaba con un peso de 6.700 kilos (los actuales y modernos Leopardo 2E que usa el Ejército de Tierra pesan diez veces más, 60 toneladas). Tenía una potencia de 60CV, una velocidad punta de 7,7 kilómetros por hora y un blindaje de 6 a 16 milímetros de acero. Disponía de dos puestos de tripulación, uno de conductor y otro de tirador-jefe de carro.

Imagen de archivo de un FT-17. ET

"Los ejemplares que adquirió España tras el desastre de Annual (Segunda Guerra de África o guerra del Rif) partieron hacia el norte de África en marzo de 1922 y el 8 de septiembre de 1925 tomaron parte en el desembarco de Alhucemas", señala el Ejército de Tierra. Aquella fue la primera ocasión en la que fuerzas de apoyo aéreo al desembarco, fuerzas navales y terrestres actuaron bajo un mando único.

El Ejército de Tierra considera que "recuperar esta pieza histórica, con más de cien años, ha representado un gran reto y una enorme responsabilidad", e inciden en la necesidad de "conservar y difundir el patrimonio histórico que ha recibido como legado y que transmitirá a las futuras generaciones".

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