La red de presuntos narcotraficantes desarticulada en la operación Mito, en la que fue detenido el pasado mes de febrero el histórico capo gallego José Ramón Prado Bugallo, conocido como Sito Miñanco, guardaba a modo de base de datos un documento con más de cien modelos y matrículas de coches camuflados, utilizados tanto por la Policía Nacional como por la Guardia Civil. 

En total, los agentes de la Policía Nacional que luchan contra el tráfico de drogas encontraron seis copias del documento en los distintos registros autorizados por la Audiencia Nacional. Seis ejemplares de un listado en el que había sido actualizado por los distintos detenidos y que englobaba la descripción, modelo, matrícula y color de los vehículos que había llamado la atención de los investigados ante la sospecha de que pudieran ser utilizados por agentes encubiertos o que les vigilaban en secreto.

"Una vez consultadas de forma aleatoria varias de las placas de matrícula en la base de datos de la Dirección General de la Tráfico, se participa que casi todas ellas pertenecen a la flota de vehículos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, siendo vehículos tipo K o camuflados", explican los agentes de la Policía Nacional en un Oficio remitido al Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional.

Seis copias del listado

Una de las copias, según los informes policiales, estaba en manos de Juan Antonio Fernández Fernández, considerado uno de los principales colaboradores de Sito Miñanco y condenado junto a él por el alijo de 3,7 toneladas de cocaína en el barco Agios Konstantinos en 2001. Otra copia del manuscrito fue localizada en el registro de la vivienda en Cambados de José Antonio González Varela, que había añadido además varios vehículos nuevos a mano.

El resto de las copias estaban ocultas en los coches de varios de los detenidos y en un bolsillo del abrigo de Jose Manuel Vietes Padín, responsable del astillero O Fancho, que la policía vincula de forma directa con los presuntos manejos de cocaína de la red investigada. 

Para los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico, el documento refleja la voluntad de los investigados de implantar medidas de contravigilancia en sus desplazamientos. Algo que se confirma además con las medidas de protección descritas por los agentes en sus informes y el hecho de que Miñanco se gastara 700.000 euros según las investigaciones en implantar en sus teléfonos móviles un sistema de cifrado de comunicaciones con los servidores en Holanda.