Puede que Pablo Casado no partiese como favorito en la carrera para liderar el Partido Popular post Rajoy, teóricamente a la sombra Cospedal y Sáez de Santamaría, pero sí es el que más ruido está haciendo en el comienzo de la campaña. Fue el primero en acudir a Galicia para hacerse la foto y compartir acto con Alberto Nuñez Feijoo, retirado de la puja antes de empezar y cuyo apoyo puede resultar clave. Desde allí denunció una guerra sucia contra su candidatura, por el caso del máster en la Rey juan Carlos. "No creo en las casualidades", dijo.

Sin embargo, el verdadero golpe de efecto del vicesecretario de Comunicación del partido ha sido su viaje este domingo al País Vasco y Navarra, con actos en localidades tan simbólicas como Ermua y Alsasua, desde donde trazó con meridiana nitidez su hoja de ruta en lo que a terrorismo y separatismo vasco se refiere, reivindicando la historia del partido en la lucha contra ETA.



No le dan pena las familias de los presos



Desde Ermua, y con el ruido de fondo de las declaraciones del nuevo Gobierno abriendo la puerta al acercamiento de presos, Casado aseguró que no le dan pena las familias de los presos de ETA, "sino las de las víctimas", y rechazó el acercamiento de los reclusos. Además, advirtió de que el independentismo "no ha parado en Euskadi", ayudado por "las condiciones pactadas" para la moción de censura.

Casado advirtió de que si Miguel Ángel Blanco no está enterrado en Ermua es porque "los asesinos no paraban de ultrajar a su familia y su tumba".

"Esa es la gentuza que ahora mismo está decidiendo lo que pasa en España, la que pone y quita gobiernos en las Cortes, la que pide acercamiento de presos cuando las familias en Ermua tienen que desplazarse a Galicia para poner flores en la tumba de Miguel Ángel", ha afirmado durante el homenaje al concejal del PP asesinado, al que asistió junto a su compañero de formación, el vicesecretario de Política Social y Sectorial, Javier Maroto, y en el que también estuvo presente la presidenta de los populares vizcaínos, Raquel González.

El candidato a la presidencia del PP apuesta por un relato "en el que quede claro que ha habido vencedores y vencidos".



"El olvido sería cómplice de nuestra historia"

"En mi candidatura queremos poner como pilar de nuestra historia y futuro la reivindicación de esa derrota sin concesiones, sin ignominias hacia las víctimas. Sin ningún tipo de acercamiento de presos, de chantajes en gobiernos de minoría como el actual", aseguró.

"Ni borrón y cuenta nueva, ni olvido, ni perdón", ha dicho, porque "ese olvido sería cómplice de nuestra historia y dentro de treinta años parecería que aquí no ha pasado nada".

Por la tarde, Casado acudió a otro lugar simbólico, el cuartel de la Guardia Civil en Alsasua, localidad donde dos agentes de la Benemérita y sus parejas recibieron una paliza en 2016, hechos por los que ocho jóvenes fueron a primeros de mes condenados a entre 2 y 13 años de prisión.

Empieza la batalla en el PP E.E.

El aspirante a la presidencia de los populares aseguró allí que "no cabe la equidistancia entre los matones que van pegando palizas a gente inocente cuando están en un bar y aquellos servidores públicos que se dejan la vida y la piel para defender nuestros derechos y libertades".



Un país sin futuro



"Si en un país de Europa, en el siglo XXI, se te pega en un bar por pensar distinto o por ser un guardia civil que está aquí sirviendo a la gente, lo demás da igual. Este país no tendrá futuro mientras en un bar de Alsasua se pegue a guardias civiles", ha recalcado.

Casado se ha referido también a la relación de Navarra y País Vasco. "Los navarros no son anexo de nadie, la historia de este territorio no merece ningun planteamiento anexionista, ni independentista. Navarra necesita ser respetada", ha concluido.