Eran las 19:40 de la tarde cuando la sala central de los Mossos d'Escuadra de Barcelona trasladó a los operativos una riña vecinal. Una llamada por altercados familiares que terminó con una bebé de mes y medio amenazada de muerte por su abuelo a punta de navaja en plena calle y con un Mosso d'Escuadra que tras una rápida reacción, logró reducir al agresor, arrebatar el arma y salvar a la pequeña. 

El suceso ocurrió en la calle Foradada de la Ciudad Condal, hasta donde se desplazaron la tarde del pasado día 16 cuatro agentes del grupo de Delincuencia Urbana de Sant Andreu, dos de ellos de paisano. Pronto contactaron con uno de los testigos del incidente, que les aseguró que la pareja de su hermana se había llevado a la hija de la pareja, que tenía solo mes y medio. Pronto, la madre de la niña confirmó la versión recabada por los agentes a gritos y desde una ventana. 

El protagonista del altercado era, según esa versión, el padre de la niña. Pero pronto, los agentes vieron al abuelo de la menor calle abajo, con ella en la mano izquierda y una navaja abierta en la derecha, caminando al fuera de sí y al grito de "la mato. La mato". 

Fue entonces cuando la madre de la niña intentó arrebatársela y se vivieron los momentos más tensos. El abuelo intentó entonces apuñalar a la mujer con un movimiento de su mano, que por suerte no encontró su objetivo en la madre a la altura del estómago. 

En su arrebato, el abuelo comenzó a amenazar a los agentes para que no se acercaran, con cortar el cuello de la niña, que entonces lloraba pendida de su brazo izquierdo. Mientras, los agentes intentaron de forma reiterada que se calmara y bajara el arma. Que dejara la navaja en el suelo. Lejos de eso, el abuelo comenzó a hacer gestos amenazando con cortar el cuello de la niña. Llegó así el momento clave. El punto en el que tres de los agentes comenzaron a captar su atención mientras el restante, sin ser detectado, se acercó por detrás al hombre y en un movimiento rápido consiguió coger el brazo donde el ahora detenido tenía la navaja. 

Con el cuchillo asegurado y según la versión recabada por EL ESPAÑOL, el agente le dio instrucciones a la madre para que se acercara de inmediato y se llevara a la menor de los brazos de su abuelo. Así lo hizo, y justo después, el agente hizo uso de su porra para conseguir neutralizar al agresor y que se tendiera en el suelo. Fue entonces cuando se acercaron el resto de sus compañeros, le retiraron de forma definitiva el cuchillo y lo esposaron. 

Se vivió entonces una de las escenas más preocupantes, cuando los familiares del agresor intentaron evitar que los agentes se lo llevaran detenidos hostigando a los dispositivos sobre el terreno. Ahora, el hombre está acusado de un presunto homicidio doloso en grado de tentativa, además de presuntos delitos de amenazas y atentado contra la autoridad. 

Momentos después, los médicos confirmaron que la bebé,. ya en brazos de su madre, había resultado completamente ilesa gracias, en gran parte, a la pericia de los agentes.