Las ominosas amenazas de Mauricio Casals, el llamado 'Príncipe de las Tinieblas', el hombre que susurraba a las vicepresidentas y que ha operado como la intersección entre los grandes poderes mediáticos y políticos de este país, se han cumplido. En su día lo prometió, en una conversación recogida por la UCO: "esta señora las va a pasar putas". Si Casals hiciese quinielas con el mismo tino con el que pronostica el futuro de las presidentas autonómicas, sería (aún más) multimillonario.

La promesa a Rodríguez Sobrino

En 2016, el presidente de La Razón, Mauricio Casals, hombre fuerte en Madrid de José Creuheras, presidente del Grupo Planeta y la corporación Atresmedia (Antena 3, La Sexta y Onda Cero) presionó a Cristina Cifuentes, con el apoyo del director del rotativo, Francisco Marhuenda, con el objetivo de proteger a Edmundo Rodríguez Sobrino, mano derecha de Ignacio González y expresidente ejecutivo de Inassa, filial del Canal de Isabel II.

En una conversación registrada el 29 de julio, Marhuenda dijo lo siguiente a Rodríguez Sobrino: “Hay una cosa que le va a asustar. Le voy a decir: 'mira ten en cuenta que cuanto más tiempo mantengas vivo este tema, más te puede perjudicar, porque tú eres la sucesora de… Que tú no eres de otro partido, ¿sabes? Y vete con cuidado porque al final pueden entrar a tocar los cojones los de la Asamblea… Y empiezan a tocar los huevinis y entonces'. Hay que asustarla, tanto de grupo como de, decir, oye Pepe Creuheras está cabreado con el tema, Mauricio está cabreado con el tema y yo estoy cabreado con el tema. Estamos todos cabreados con el tema”

En una conversación posterior con Rodríguez Sobrino, Casals afirmaba lo siguiente: "Y no te preocupes, que las pasará putas esta señora (Cifuentes)". También aseguraba que se dejaría "los cojones" en defenderle.

Tomando como base esas declaraciones, el juez Eloy Velasco citó como imputados por obstrucción a la justicia tanto a Marhuenda como a Mauricio Casals.



En su declaración ante Velasco, Cristina Cifuentes rebajó la importancia de las coacciones sufridas. Conseguía así la "desinvestigación, el sobreseimiento provisional y el archivo" de la causa contra Marhuenda y Casals

Durante el vía crucis de Cifuentes, fuentes de su entorno confirmaron a EL ESPAÑOL que, de haber sabido lo que iba a pasar meses después, hubieran declarado otra cosa.

El máster-chef

Francisco Marhuenda es doctor profesor interino de la Universidad Rey Juan Carlos. Está adscrito al departamento de Ciencias de la Educación, Lenguaje, Cultura y Artes, Ciencias Histórico-Jurídicas y Humanísticas y Lenguas Modernas, dentro del área de Historia del Derecho y las Instituciones. Marhuenda enseña varias asignaturas para diversos grados en el campus de Vicálvaro. Concretamente, Historia jurídica de la integración europea e Historia de las instituciones políticas.

Una de las principales fuentes del escándalo del máster -¿máster-chef?- es Salvador Perelló, también profesor de la URJC que, durante algún tiempo, dirigió el Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Información de dicha Universidad.

Perelló ha sido el protagonista de varias iniciativas destinadas a paliar las prácticas irregulares en el seno de la misma, y ha mantenido numerosas conversaciones con medios en este sentido. Estuvo, sin ninguna duda, detrás de buena parte de las informaciones relacionadas con el máster de Cifuentes.

Mucho antes de este escándalo, Perelló ya protagonizó alguna acción sonada. Fue el principal impulsor de la querella presentada ante el Tribunal Supremo contra el magistrado del Constitucional Pedro González-Trevijano por un presunto delito de prevaricación cometido durante su etapa como rector de la Universidad Rey Juan Carlos.

Perelló le implicaba en "contrataciones ilegales de profesores visitantes, sin atender a los procedimientos legalmente establecidos". El caso a investigar fue el del profesor visitante Marco Landeta Vacas, cuya esposa, madre y tía también figuran también en la nómina de esa universidad pública.

Marhuenda era perfectamente consciente de la existencia de Perelló y de su actividad, y tienen amigos comunes que lo son, además, de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Pese a no aparecer en la querella, el nombre de Marhuenda fue relacionado en algún medio, aunque de refilón, con estas supuestas irregularidades.

En su ponencia al respecto, el juez Cándido Conde Pumpido no entraba en el fondo de la cuestión e inadmitía a trámite la querella con argumentos como el siguiente: "estaríamos, a lo sumo, ante una infracción de un trámite contemplado en los Estatutos (de la URJC), que debería solventarse en el ámbito del Derecho administrativo; es decir, ante una hipotética irregularidad, que en su caso, podría derivar en un acto nulo o anulable, pero que carecería de relevancia penal, de conformidad con la jurisprudencia de esta Sala".

Trío de tertulianos

La información sobre el máster de Cristina Cifuentes fue publicada por Eldiario.es, que realizó un trabajo periodístico irreprochable, en el que hay que destacar la labor de la redactora Raquel Ejerique. Su jefe, el periodista Ignacio Escolar, es tertuliano de La Sexta, del Grupo Atresmedia, y comparte plató a menudo con Francisco Marhuenda y con Eduardo Inda.

Escolar reconoció tras destapar el escándalo que tuvo prisa y que otros medios podían estar al tanto. "Ante el riesgo de que fuera destapado por otros medios, el lunes 19 de marzo decidimos que el martes haremos todas las llamadas de comprobación, recogeremos todas las versiones y publicaremos el miércoles, lo antes posible, para que el asunto se conozca antes de Semana Santa", explicó el periodista.

Aunque los medios relacionados con Casals y Marhuenda no destaparon la exclusiva de Cifuentes, sin duda fueron clave en que alcanzase la relevancia que alcanzó. Al buen trabajo periodístico se sumó un apoyo mediático sin fisuras, con La Sexta como gran protagonista.

Esta información ha sido un éxito para Eldiario.es, un medio de izquierdas que hoy se puede poner justamente la medalla de haber contribuido a derrocar a una presidenta autonómica del PP que mintió al público y participó en una trama de la que salió beneficiada. También es una victoria para Mauricio Casals.

El vídeo de Olay y Eroski

El último clavo en el ataúd de Cristina Cifuentes ha sido un vídeo en el que aparece robando dos cremas de marca Olay en un Eroski.

Los rumores sobre la cleptomanía de Cifuentes no sólo eran conocidos en el entorno periodístico, sino que EL ESPAÑOL ya se había hecho eco de la existencia de un dossier que contenía las comprometidas imágenes.

Eroski ha garantizado que la grabación fue destruida y que, si se conservaba, no tuvo que ver con ellos sino con la compañía de seguridad, Se trata de Casesa, una empresa que ya no existe como tal pero que durante años llevó la seguridad del Ayuntamiento en tiempos de Gallardón.

Por todo esto, no es aventurado sugerir que, con independencia de su origen, dicho vídeo pasó tiempo en algún cajón a la espera de que llegase el momento oportuno de publicarlo. Este momento coincide en el tiempo con un momento en el que al Ejecutivo de Mariano Rajoy le conviene cerrar de golpe el escándalo, antes del pleno del Congreso sobre las enmiendas de totalidad al proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018.



Eduardo Inda y su medio, OKdiario, fueron, durante toda la crisis, tibios en las críticas a Cifuentes. Hasta que, súbitamente, publicaron el vídeo que terminó con la presidenta madrileña.

Una vez más, la exclusiva de un medio nativo digital se vio respaldada masivamente por la maquinaria de Atresmedia, con un reparto de medallas similar al anterior. Visitas y visibilidad en plató para el medio digital, audiencia para la televisión y una promesa cumplida para el Príncipe de las Tinieblas.

Este artículo es una simple concatenación de hechos. Si no hay causalidad, será todo casualidad. Que el lector juzgue por sí mismo.

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