Pedro Sánchez tuvo una foto de unidad el sábado pasado. Según informó entonces Ferraz, más de 200 miembros del Comité Federal aprobaron por unanimidad el nuevo reglamento del partido, de más de 500 artículos. Y, sin embargo, la imagen quedó deslucida por las declaraciones de dirigentes autonómicos, que entre otras cosas cuestionaron a Sánchez por la inmersión lingüística catalana.

Cuatro de los siete barones ni siquiera aparecieron en la reunión del que, según los estatutos, es el órgano más importante del PSOE entre congreso y congreso del partido. El reflejo que los medios hicieron de la reunión, sobrevolada por las encuestas que describen un avance de Ciudadanos, no gustaron nada a la Ejecutiva, que encuentra muchas dificultades en lograr que cale su estrategia comunicativa. 

Este martes, Sánchez hizo un nuevo anuncio. A las 8:30 de la mañana fue entrevistado en Antena 3, a pesar de que Sánchez se prodiga poco en medios de ámbito nacional. Durante el programa aprovechó para anunciar una "primicia": una "escuela de Gobierno", unas jornadas en marzo en las que el líder del PSOE aspira a reunir a Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y Joaquín Almunia, los cuatro ex secretarios generales socialistas. 

Barones, periodistas y ONG

También se ha invitado a todos los presidentes autonómicos socialistas, a ONG, al Partido Socialista Europeo, a periodistas como Enric Juliana o Lucía Méndez o a artistas como Agustín Almodóvar, productor y hermano del célebre cineasta. La cita tendrá lugar en Madrid, del 15 al 18 de marzo. Será el pistoletazo de salida para las elecciones autonómicas, municipales y europeas y Sánchez espera que los exlíderes socialistas puedan "compartir su experiencia con aquellos cuadros que esperamos que puedan gobernar el país en los próximos años".

Según Sánchez, será la "visualización de que la unidad está recompuesta". Faltaban poco más de una hora para que Mario Jiménez, portavoz del PSOE en el Parlamento Andaluz, escribiese un tuit apoyando a Elena Valenciano, que en Bruselas sonaba como favorita para presidir el grupo socialista europeo (los 189 eurodiputados socialdemócratas en la Eurocámara) pero que no se presentará ante la negativa de Ferraz, que ha comprometido su apoyo en favor del alemán Udo Bullman. 

Tan solo dos horas después, la exportavoz en el Congreso Soraya Rodríguez dinamitó la reunión de grupo en la cámara baja al quejarse amargamente de que el PSOE no apoye a una de las suyas para un cargo relevante en la UE. Sus palabras no tardaron en llegar a la prensa. Los tuits de otros partidarios de Valenciano (que, además, apoyaron a Susana Díaz en las primarias), siguieron. En Ferraz no daban crédito. Otro día en el que sus mensajes políticos se perdían entre el ruido interno. 

Esfuerzos de Sánchez

No puede decirse que Sánchez no esté intentando mostrar una imagen de unidad del PSOE. Prueba de ello son sus acercamientos a González y Zapatero, que han sido feroces con su liderazgo, o su reciente reunión en Sevilla con Díaz, la presidenta de Andalucía y oponente en las últimas primarias.

Pero sus esfuerzos resultan infructuosos. Según Ferraz, por el mal perder de algunos socialistas. Según estos últimos, por el deseo de Sánchez de ejercer el poder de forma absoluta y con espíritu revanchista. No está claro quién tiene más razón, o si acaso puedan tener ambos un poco. 

"La mejor foto de unidad de este martes hubiera sido apoyar a Valenciano", explica un antiguo referente socialista. "La unidad no se vende en una foto. Tiene que verse en los hechos. Sin ellos, cualquier foto será estéril. Sánchez sólo piensa en su poder orgánico, no en protagonizar el debate público, donde va siempre a remolque. El anuncio de la escuela de Gobierno es un claro ejemplo", explica otro. 

Algunos de los ponentes anunciados por Sánchez en Antena 3 aún no habían confirmado cuando sus nombres fueron anunciados. Él mismo reconoció durante la entrevista que aún no tenía el sí de González. En palabras de Rubalcaba a eldiario.es:"No es el mejor día para hablar de unidad". El problema es que mientras se habla de la desunión, la cuenta atrás hasta esas elecciones sigue corriendo. 

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