Los restos que sostienen las siglas de ETA -casi todos ellos, terroristas entre rejas- tratan de escribir los últimos renglones de su historia manchada de terror. Su trayectoria se arrastra durante más de medio siglo de existencia, más de 800 muertos a sus espaldas. Ese historial es ahora su único argumento para conseguir sus objetivos: reconocerán "el daño causado" a cambio de que se produzcan excarcelaciones en "plazos razonables".

El colectivo de presos de ETA, conocido bajo las iniciales EPPK, ya ha trazado su línea de acción. Según cuentan fuentes de la lucha antiterrorista a EL ESPAÑOL, buena parte de los terroristas encarcelados se sienten frustrados por la actuación de la cúpula de la banda, apenas sin autoridad entre los viejos pistoleros. Éstos últimos ya no encuentran sentido al empecinamiento de sus jefes: no reconocer el daño causado y aguantar sin protestar su paso por prisión.

Muchos de los asesinos no están de acuerdo con tal decisión. El reconocimiento del daño causado en su trayectoria, algo impensable hasta hace apenas unos años, ya no lo ven tan descabellado. Eso sí, no sería de forma altruista. Tendría un precio: salir de la cárcel de forma progresiva

Así lo ha reconocido Agus Herran, portavoz del Foro Social Permanente, en una entrevista en Radio Euskadi: "[Los terroristas presos] quieren colaborar en la construcción de lo que el Foro Social ha definido como una hoja de ruta transversal e inclusiva que permitiría ver en los próximos años, en unos plazos razonables, con un calendario previsto de excarcelación, llegar a una situación de una sociedad sin presos, que convive y está reconciliada".

Esa es la conclusión que el EPPK le trasladó tras una reunión que se produjo el pasado sábado. Según Herran, el colectivo está dispuesto a "a reconocer el daño causado y a entablar marcos de diálogo adecuados con las víctimas" siempre y cuando se eviten "los marcos de reproche".

Cabe señalar que el destino de los presos de ETA es una obsesión para la banda. Desde el desarme trampa que escenificaron en abril de 2017 han exigido el acercamiento de los encarcelados.

Los presos de Francia

En Francia, más de lo mismo. Los presos encarcelados en centros galos aseguran que han mantenido reuniones con representantes del Gobierno de París para dirimir su futuro.

Según afirmaron, se reunieron en al menos dos ocasiones con miembros del Ministerio de Justicia francés: en julio y octubre de 2017.

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