Daniel Montero Alejandro Requeijo

El secreto bancario andorrano pasará este lunes a la historia y la Hacienda española podrá conocer sin necesidad de orden judicial tanto la titularidad como el saldo de los depósitos abiertos en el extinto paraíso fiscal por ciudadanos españoles. 

Desde la entrada de 2018 y como resultado de un acuerdo firmado en febrero de 2016, Andorra deberá compartir sus datos bancarios para cuestiones fiscales con todos los países de la Unión Europea. Para ello, el principado se suma al protocolo internacional Common Reporting Standart (CRS), el sistema de intercambio de información fiscal por el que las distintas naciones cooperantes comparten sus datos bancarios, como el saldo y el titular de sus cuentas, sin necesidad de mandamientos judiciales.

Así, Hacienda podrá acceder desde este lunes y de forma automática a los saldos de las cuentas andorranas, al titular y al beneficiario final último o accionista de control, en el caso de que el depósito esté a nombre de una empresa. Sin embargo, la medida tiene un pero: el fisco solo puede consultar estos datos para las empresas o los particulares domiciliados en España. Si los defraudadores han abierto sus sociedades pantalla en otros territorios no cooperantes o simplemente en otros países de la Unión Europea, su existencia quedará de nuevo fuera del radar de la Hacienda española. 

Hecha la ley, hecha la trampa

Fue en febrero de 2016 cuando Andorra firmó con la Unión Europea el acuerdo de transparencia fiscal que terminaba con su secreto bancario. Sin embargo la medida llegó con una moratoria de más de un año: hasta la entrada de 2018. El principado firmó esta medida para salir de la lista gris de países no cooperantes contra el fraude fiscal, en el que compartía espacio con otros territorios opacos como Suiza, Liechtenstein, Armenia, Aruba o Belize. 

Hasta ese momento y según el tratado firmado con la UE en 2004, Andorra tenía la capacidad de mantener en secreto los titulares de sus cuentas, y era la Administración del principado la que se quedaba con el 25% de los ingresos procedentes de las retenciones fiscales y trasladaba el 75% restante al estado miembro de la UE en el que el beneficiario efectivo tuviera su residencia. Pero sin aportar más datos sobre el titular de esos rendimientos.

El ejemplo del fútbol

Pese a que el convenio firmado por Andorra es un paso adelante en cuestión de transparencia y se suma al tratado bilateral firmado con España en materia de doble imposición, expertos fiscales consultados por EL ESPAÑOL lo consideran insuficiente. Más si cabe cuando las operativas clásicas de blanqueo se basan en crear estructuras jurídicas en países opacos como Uruguay y Panamá para abrir luego con ellas cuentas en paraísos fiscales como hasta ahora Andorra. 

Por poner varios ejemplos, en el caso del jugador de fútbol Cristiano Ronaldo, sus empresas estaban abiertas en Islas Vírgenes pero con cuentas en Suiza. Lionel Messi utilizaba sociedades en Belice con cuentas también en Suiza. Y el entrenador del Manchester José Mouriño usaba una fundación en Nueva Zelanda para canalizar parte de sus ingresos, también con cuentas en Suiza. El país helvético tiene firmado un aucerdo con la UE similar al de Andorra. Pero pese a ello y en estos casos, ninguna de las cuentas bancarias vinculadas por los tres deportistas podrían ser consultadas por el fisco español al ser propiedad de entidades jurídicas abiertas en el extranjero.  

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