Juan Diego Madueño Álex Tercero

Una vez más Barcelona ha vuelto a llenarse de estaladas y carteles pidiendo "libertad para los presos políticos". Esta sábado, ANC y Omnium convocaron a la masa independentista para mantener viva la llama del procés y continuar la lucha a favor de los exmiembros  del Govern encarcelados y de 'los Jordis' -Cuixart y Sànchez-. Un éxito de convocatoria que la Guardia Urbana cifró en 750.000 asistentes, aunque en realidad se trata de una cifra inflada y muy alejada de las que se han dado en otras ocasiones similares.

Si los datos que ha ofrecido la policía del Ayuntamiento de la Ciudad Condal son ciertos habría ocho personas por metro cuadrado -en un área total de 100.000- durante el transcurso de la marcha, que ha recorrido los 3,3 kilómetros de la calle Marina en dos horas aproximadamente. La manifestación ha finalizado frente a un escenario donde se han leído las cartas de los políticos presos y se ha visto un vídeo de Carles Puigdemont, que desde Bruselas ha arengado a los independentistas. "Os queremos más activos", ha dicho el expresident en la grabación.

Todo apunta a que los datos de la Guardia Urbana están inflados porque la superficie total ocupada por la marcha, según los cálculos de Crónica Global, ha sido de 100.000 metros cuadrados, lo que haría imposible alcanzar esos guarismos de asistencia.

Los 100.000 metros cuadrados son el área total de la calle Marina desde la avenida de Icària -donde estaba el escenario final de la marcha- hasta la Travesera de Gracia -donde se llegó a situar la cola de la manifestación-. El cálculo de los 100.000 metros cuadrados es la suma de los 45.000 metros cuadrados del tramo entre la avenida de Icària y la Meridiana (unos 1.000 metros de longitud por 45 de anchura); los 40.000 metros cuadrados del tramo entre la Meridiana y la Diagonal (unos 1.000 x 40) y los 15.000 metros cuadrados del tramo que va desde la Diagonal hasta Travesera de Gracia (unos 1.000 x 15). A esas mediciones habría que añadir la superficie de las calles adyacentes parcialmente ocupadas por manifestantes, pero también habría que restar las zonas escasamente ocupadas de la calle Marina, sobre todo los laterales del tramo central y de las zonas más cercanas a Travesera.

El optimismo de la contabilidad de la Guardia Urbana este sábado contrasta con las cifras ofrecidas tras la manifestación organizada por Sociedad Civil Catalana el pasado 8 de octubre. Aquel día estimaron la participación en 350.000 personas, mientras que la organización unionista calculaba los asistentes en torno a un millón."Hemos petado Barcelona", dijo entonces Mariano Gomà, presidente de Sociedad Civil Catalana (SCC).

El 29 de octubre, dos días después de la votación secreta del Parlament, las calles de Barcelona volvieron a llenarse en defensa de la aplicación del artículo 155. La Guardia Urbana cifró entonces en 300.000 los asistentes a la multitudinaria protesta, una cifra sensiblemente inferior a la ofrecida por los convocantes: 1,3 millones de asistentes.

Imágenes aéreas de la manifestación de Barcelona

La Guardia Urbana, que depende de Colau, suele ofrecer cifras más altas también en las Diadas. Durante la última, la del pasado 11 de septiembre, estimó la asistencia en "alrededor de un millón de personas", cifra reducida por la Delegación del Gobierno a "entre 300.000 y 350.000" y a 220.000 por los cálculos de Sociedad Civil Catalana. En esta ocasión, con Ada Colau presente en la protesta, han vuelto a sumar independentistas al alza.

Bien es cierto que los 750.000 participantes calculados por la Guardia Urbana este sábado superan los 450.000 cifrados por el mismo cuerpo en la manifestación del 21 de octubre contra el encarcelamiento de 'los Jordis', que se produjo cinco días antes. Sin embargo, se aleja mucho de los datos de otra movilización reciente, como fue el referéndum secesionista ilegal del 1-O, en el que, según la Generalitat, participaron más de 2,2 millones de personas, a pesar de los incidentes que se produjeron.

La alcaldesa de Barcelona ha mantenido durante todo el procés una posición ambigua. Josep Borrell le llamó la "emperadora de la ambigüedad". Ella ha declarado que está en contra del "independentismo y el 155". A pesar de la equidistancia, también se declaró "neutral" cuando el PSC amagó con romper su gobierno, ha participado este sábado en la manifestación. Un guiño al nacionalismo, que ha pedido "libertad" para los exconsellers y 'los Jordis' y que ha contado con la 'ayuda' de sus policías.