Ahora sí. Ahora no. A las 12.00 en Gante. No, a las 12.00 en Tielt. Es una rueda de prensa o es una entrevista con la televisión flamenca. No, es una "intoxicación" del Ministerio del Interior según Aleix Sarri, eurodiputado del PDeCAT. La mañana del miércoles ha sido un ir y venir de rumores, de corresponsales de un lado para otro detrás de un rumor que en ningún caso se llegó a confirmar, mientras la prensa española en pleno está pendiente del más mínimo movimiento de Carles Puigdemont.

Si la noche del martes la atención mediática se centraba en el posible viaje de regreso a España del expresident de la Generalitat, en la mañana del miércoles la noticia era una nueva comparecencia tras la que realizó el día anterior en el Press Club Brussels. Primero con rumores que apuntaban a Gante, después a la localidad de apenas 4.500 habitantes de Tielt. Más tarde, con la desinformación corriendo como la pólvora, se convirtió en una entrevista y finalmente quedó en nada.

Si las comparecencias de Puigdemont a lo largo de las últimas semanas, ya fuera como máximo responsable del Govern en plena crisis y ahora como expresident destituido tras la aplicación del 155, han sido un continuo ajuste horario retraso tras retraso, su viaje a Bélgica ha convertido su estrategia comunicativa en un caos para los medios.

De hecho, en el Press Club de Bruselas, fueron varios los medios que no pudieron acceder y más de uno ni siquiera pudo transmitir sus informaciones por la falta de señal ante la avalancha de periodistas.

Puigdemont, citado por la jueza Lamela en la Audiencia Nacional este mismo jueves, aún no ha comunicado oficialmente si comparecerá o no, aunque su abogado, Paul Bekaert, ha avanzado que no lo hará. De ahí que una posible intervención en Tielt, muy cerca de donde tiene su despacho el representante al que ha recurrido el expresident, cobrara especial trascendencia.

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