Es un político indomable, rebelde y desafiante. En sus discursos, que no dejan espacio a la indiferencia, a veces da rienda suelta al histrionismo y a veces adopta un tono calmado. Nació políticamente gracias al 15-M. Adora el periodismo y ha hecho sus pinitos en el oficio. Ahora está en política pero antes se forjó en las protestas callejeras contra los recortes y contra la corrupción de las élites. Y ocupa el cargo de secretario general en Podemos. Aunque pudiera parecerlo, esta descripción no se refiere a Pablo Iglesias, sino a su enemigo íntimo Albano Dante Fachin. Ambos, enfrentados sin remisión y al borde de la ruptura definitiva, parecen cuña de la misma madera. 

Desde que llegó a la Secretaría General de Podem, la rama política de Podemos en Cataluña, Dante Fachin ha demostrado ser un político genuino, sin pelos en la lengua y que no se pliega a los deseos de quienes poseen más poder que él. Su relación con Iglesias empezó bien pero se ha ido deteriorando durante los últimos meses hasta derivar en un conflicto político y personal que parece irresoluble. Su oposición a una alianza con los comunes de Ada Colau, primero, y su postura política frente al referéndum del 1-O, después, han hecho imposible el entendimiento. 

Un deterioro paulatino

Este domingo por la noche Iglesias reunía de forma telemática al Consejo Ciudadano Estatal y, a propuesta suya, lograba que se interviniera Podem para convocar una consulta a las bases sobre un acuerdo con Catalunya en Comú. Muchos habían escrito ya la crónica de este fatal desenlace anunciado. Sobre todo después del comportamiento de Fachin en las últimas semanas.

Su agria discusión con Joan Coscubiela en el Parlament cuando se aprobaron las leyes de ruptura en el Parlament y su discurso incendiario y su decisión de no mostrar el sentido de su voto en el pleno en que los independentistas aprobaron la independencia de Cataluña habían agotado la paciencia de Iglesias y de sus más estrechos colaboradores. Llovía sobre mojado después de los coqueteos del secretario general autonómico con la CUP

Las gotas que colmaron el vaso

Las gotas que colmaron el vaso llegaron el pasado fin de semana. El sábado, en una entrevista, el barón regional de Podemos sugería la posibilidad de boicotear las elecciones del 21-D y, sobre todo, apuntaba la opción de conformar un bloque político para dichos comicios junto a formaciones independentistas. El domingo, la corriente Anticapitalistas, a la que Fachin no pertenece pero con la que mantiene excelsas relaciones, reconocía la "nueva república catalana".

Iglesias, que ya tenía claro que su opción para los comicios era y es Xavi Domènech, decidió intervenir Podem. Un hecho sin precedentes en la corta y convulsa historia del partido de los círculos. 

Guía para no perderse en la bronca de Podemos

Las bases de Podemos decidirán sobre el 21-D. Y, de alguna manera, también decidirán el futuro político de Fachin, cuya pareja es Marta Sibina Camps, diputada en el Congreso por En Comú Podem que, contra las tesis de Podemos, hizo campaña a favor del 1-O. Algo que, aunque sea anecdótico, evidencia los mil y un matices que existen en el rompecabezas de la izquierda catalana

Fachin redobla el pulso

Este martes Fachin redoblaba su pulso a Iglesias. No solo comparaba la intervención de Podem por parte de Podemos con la aplicación del artículo 155 en Cataluña, sino que también denunciaba que la consulta a las bases "carece de garantías", es "un error histórico" y, en todo caso, "se hará lo que diga Pablo Iglesias". Y, por si todo esto fuera poco, anunciaba que no participaría en el referéndum interno y que mantenía su posición de comenzar una ronda de consultas para crear un bloque político junto a ERC, PDeCAT y la CUP. Otra vez estallaban las alarmas en Princesa 2, sede de Podemos en Madrid, desde donde se remarcaba que "está fuera de Podemos, es un político con agenda propia". 

Dice el refranero que "no hay peor cuña que la de la misma madera". A priori, Iglesias está a punto de destituir a Dante Fachin de su cargo por este desafío. Cada vez más voces de la dirección de Podemos apuestan por esta vía para cortar de raíz el problema. Este martes a última hora ya muchos en el partido morado daban por hecho que la tragedia era inevitable. 

Sin embargo, aunque llegue el cese, el secretario general de Podemos tendrá que tener cuidado en su consulta a las bases sobre el 21-D, porque, a pesar de sus múltiples diferencias, otra cosa en la que Fachin se parece a él es en que siempre gana las consultas a los inscritos. Y, aunque ha afirmado que no tomará parte en el referéndum y aunque pueda ser destituido, sigue contando con muchos fieles.