Carmen Lucas-Torres Alejandro Requeijo Daniel Montero

Los Mossos d'Esquadra conocen las graves consecuencias que tendría desobedecer a los mandos que el Ministerio de Interior pondrá al frente del Cuerpo catalán al amparo del Artículo 155 de la Constitución. Aún así, algunos de ellos "no están dispuestos a acatar las órdenes de un mando político impuesto por terceros", según han manifestado fuentes sindicales al diario EL ESPAÑOL.

Bajo las directrices del conseller catalán de Interior Joaquim Forn, el director general de los Mossos d'Esquadra Pere Soler y el mayor Josep Lluis Trapero, los efectivos de la policía autonómica están en el punto de mira del Gobierno por su connivencia con el independentismo. Una cercanía que se vio clara, sobre todo, el pasado 1 de octubre y durante el asedio a la Consejería de Economía los días 20 y 21 de septiembre. Precisamente la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela investiga al mayor Trapero por un presunto delito de sedición durante esos días.

Los agentes y los caporales de los Mossos, es decir, la base del Cuerpo, no creen que su día a día se vea afectado por las destituciones de la cúpula del poder, pero aún así no quieren que nadie externo les de órdenes. "Entramos en los Mossos d'Esquadra porque no queríamos ser policías ni guardias civiles. Aunque no estemos de acuerdo con algunas cosas que ha hecho Trapero, le destituirán por motivos políticos. Mañana Trapero no estará, pero nosotros seguiremos aquí, por eso defendemos nuestra institución", explican.

Cualquier acto de rebelión contra las medidas que el Gobierno pondrá en marcha -cuando el Senado dé el visto bueno el próximo viernes- tendrá consecuencias patrimoniales, contables y penales, como se avisa en el texto acordado por el Consejo de Ministros. Una parte de los Mossos estarían dispuestos a asumirlas, igual que lo han hecho los líderes de ANC y Ómnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, en prisión desde el pasado 16 de octubre por un presunto delito de sedición.

Mensaje de "unidad constitucional"

El Ministerio encabezado por Juan Ignacio Zoido ha hecho público un documento este domingo en el que apela veladamente a la confianza de los Mossos d'Esquadra y de los partidos políticos que no están de acuerdo con la aplicación del 155.

En ese comunicado se incide en que todas las medidas anunciadas este sábado cuentan con el apoyo del Partido Socialista y de Ciudadanos y están encaminadas "a desarrollar la política de seguridad nacional de la concordia".

El control de la Generalitat por parte del Gobierno conllevará que los Mossos d'Esquadra obedezcan las "instrucciones directas del Ministerio de Interior", que podrá acordar el despliegue de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para apoyar a los Mossos o "sustituirlos si fuera necesario" por policías y guardias civiles. Unas medidas que, como ya sabía de antemano el ministro, serán rechazadas por los Mossos.

[Más información: Interior se plantea sustituir a Trapero y cambiar a los Mossos por policías y guardias civiles]

De ahí que su mensaje de "concordia" vaya también dirigido a ellos. El Gobierno les reconoce su "responsabilidad, profesionalidad y eficacia en el terreno de la lucha contra las diferentes modalidades de criminalidad y contra las principales amenazas de nuestros días". Una palmadita en la espalda con la que reclama a la vez obediencia en el resto de ámbitos de cara al futuro. 

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