El PSOE tiene previsto no apoyar los nuevos objetivos de déficit y deuda del Gobierno que se debatirán y votarán en el Congreso de los Diputados en un pleno extraordinario que comenzará el 11 de julio. La decisión aún no está formalmente tomada, pero será oficial este lunes, en la reunión de la Ejecutiva del PSOE. "Se está haciendo un análisis muy serio, con datos comparativos", explicó este viernes Margarita Robles, nueva portavoz socialista en el Congreso, sin querer adelantar la posición definitiva.

Sin embargo, Sánchez tiene la decisión tomada y quiere que se visualice una diferencia frente a lo que hacía su partido en diciembre. Entonces, en un PSOE donde mandaba una Gestora, los diputados socialistas votaron a favor de los objetivos de déficit y deuda, conocidos generalmente como techo de gasto, aunque se trata de conceptos distintos. El Gobierno preparaba los Presupuestos de 2017, que fueron aprobados con meses de retraso, y que tienen en esa primera fase un paso fundamental, pues se trata de compromisos de referencia que deben ser remitidos a la Comisión Europea.

La situación política ha cambiado y el PSOE tiene nuevo líder, por lo que Sánchez tiene previsto dejar solo al Gobierno en esta ocasión para endurecer su oposición. Este viernes, junto a Robles comparecía Mercé Perea, portavoz socialista en la comisión del Pacto de Toledo, que arremetía duramente contra la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, por poner en riesgo las pensiones y el fondo de reserva que las garantiza.

El rechazo autonómico, clave

Este jueves, las comunidades autónomas lideradas por socialistas (aunque algunos de ellos gobiernan en con otros partidos) rechazaron con dureza el nuevo objetivo, que mantiene la meta de déficit autonómico en el 0,3 % del PIB para 2018.

"El Gobierno de España ha hecho una propuesta demoledora para el Estado del bienestar, ofensiva para los ciudadanos e indecente para las comunidades autónomas", dijo la consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, visiblemente enfadada, informa EFE.

Según Robles, esa negativa de las comunidades autónomas es un "elemento muy relevante a tener en cuenta", aunque hay otros. Los socialistas creen que al Gobierno le salen las cuentas porque, entre otras cosas, le salieron para los Presupuestos de 2017 sin su ayuda. Lo primero será convencer a Ciudadanos, que exige rebajas en el IRPF para las clases medias, entre otras medidas. Los socialistas no tienen ninguna duda de que PP y Ciudadanos se entenderán y explican la fuerte retórica de Rivera estos días como una escenificación previa al acuerdo para luego exhibir sus logros.

Sánchez quiere que con el techo de gasto se visibilice un nuevo PSOE, mucho más duro con el PP, al tiempo que avanza en pactos concretos con Podemos, Ciudadanos e IU. Esta semana, Sánchez ha superado con mejores resultados de los previstos tres reuniones con Pablo Iglesias, Albert Rivera y Alberto Garzón. A los tres hizo alguna concesión y se comprometió a negociar reformas. La estrategia consiste en comenzar a tejer pactos por separado que puedan converger en votaciones en el pleno del Congreso. Pero Sánchez descarta una moción de censura y cree que la legislatura durará.

Por otra parte, y tras cierto debate en el seno del núcleo duro socialista, Sánchez ha tomado la decisión de que los nuevos responsables del partido no se reúnan con ministros reprobados. De esa manera, este viernes rechazaron un encuentro con Cristóbal Montoro y se reunieron con sus emisarios, liderados por el secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya.

Sánchez ha superado ya sus dos primeras semanas oficialmente al frente del PSOE y su equipo está contento. Pese a no estar en el Congreso, ya que renunció a su acta el día de la investidura de Mariano Rajoy, ha logrado estar presente en la actualidad política, comprensión de Podemos y Ciudadanos y mostrar un perfil más duro contra el PP.

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