Ya en guerra, el bando sublevado celebró en Pamplona, esa “Atenas militarizada” que decía el régimen, un curso de orientación nacional para los profesores de “la nueva España”. Para construirla hacían falta “soldados y maestros”. En 1939, el recién nacido franquismo ordenó borrar los nombres que eligió la II República para los colegios públicos. Este lunes, casi ochenta años después, se ha constituido una plataforma que pedirá la restitución de las denominaciones originales.

El proyecto ya cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena, Podemos, Izquierda Unida y PSOE. Enfrente, un “muro”: el Ejecutivo de Cristina Cifuentes, que tiene la potestad en lo relacionado con los bautizos de estos centros.

El origen, el "Catorce de Abril"

La idea parte de un grupo de vecinos y antiguos alumnos del colegio “Catorce de Abril” –en honor a la proclamación de la República–, que Franco cambió a “José Calvo Sotelo”, máximo exponente de Renovación Española cuyo asesinato por algunos revolucionarios de la izquierda se considera la gota que colmó el vaso del levantamiento de los militares.

El “José Calvo Sotelo”, en el número 83 de la Avenida de Barcelona, mantiene su nombre desde el final de la Guerra Civil. La restitución deseada por esta plataforma incluye también estos otros centros –a la izquierda queda el nombre elegido por los republicanos y a la derecha, el actual–.

. Príncipe de Asturias – Santa María

. Pablo Iglesias – Isabel la Católica

. Lope de Rueda – Nuestra Señora de la Almudena

. Rosario Acuña – San José de Calasanz

. Joaquín Sorolla – Rufino Blanco

. Tirso de Molina – Ermita del Santo

. Emilio Castelar – Jaime Vera

. Alfredo Calderón – Padre Poveda

. Ramón López Rumayor – Palacio Valdés

Más de una decena de colegios levantados por el Gobierno republicano como el Giner de los Ríos, el Miguel de Unamuno, el Nicolás Salmerón o el Claudio Moyano mantienen sus nombres originales a día de hoy, de ahí que queden fuera de la reivindicación.

No obstante, con el objeto de borrar los “fines morbosos, antipatrióticos y descristianizadores” de la República, el Gobierno franquista ordenó el 26 de abril de 1939 el cambio de todos esos nombres que exaltaban “las figuras de la revolución marxista y los literatos de la derrotista generación del 98”.

Según explicó el jefe del servicio nacional de primera enseñanza, Pedro Sáinz Rodríguez, la nueva denominación debía “responder plenamente a los ideales de nuestro Movimiento Nacional” y regirse en base a estos parámetros: “figuras representativas del Movimiento”, “hombres ilustres por su valer y significación nacional”, “héroes de nuestra Cruzada”, “maestros muertos en campaña o asesinados por los rojos” y “personalidades altruistas en el orden docente”.

Esta fue la lista de variaciones promulgada aquel día:

. Catorce de Abril – José Calvo Sotelo

. Pablo Iglesias – José Antonio Primo de Rivera

. Carmen Rojo – Ramiro de Maeztu

. Nicolás Salmerón – General Mola

. Pi y Margall – General Sanjurjo

. Jaime Vera – Zumalacárregui

. Cayetano Ripoll – Hermanos Miralles

. Emilio Castelar – Víctor Pradera

. Pedro Atienza – Matías Montero

. Ruiz Zorrilla – Padre Poveda

. Luis Simarro – Rufino Blanco

. Luis Bello – Isidro Almazán

. Rosario Acuña – San José de Calasanz

. Joaquín Dicenta – Joaquín García Morato

. Alfredo Calderón – Luis Vives

. Juan B. Busto – Lope de Vega

Recién terminada la guerra, según informó ABC en 1939, se suspendió de empleo y sueldo en Madrid a 31 directores de grupos escolares: “Las clases han sido aplazadas en la zona liberada para que se pueda llevar a cabo su reorganización con arreglo a los fundamentos del nuevo Estado”.

La “depuración” de profesores y maestros sospechosos de seguir principios republicanos, asestando un duro golpe a la Institución Libre de Enseñanza, fue uno de los pilares sobre los que se levantó el franquismo.

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