La pugna abierta por el liderazgo del PP en la provincia de Valencia, tradicional granero de votos popular, se ha convertido en nuevo motivo de fricción entre la dirección nacional y la dirección regional que preside la recién elegida Isabel Bonig. En esta provincia se han iniciado las escaramuzas de cara al próximo congreso. A la reelección como presidente provincial ya se postuló en su día Vicente Betoret, que cuenta con el respaldo de Génova. Pero a principios de mes daba el paso la portavoz en la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles. Lo hizo con el aval de la presidenta de los populares valencianos y con una imagen de respaldo de diputados, alcaldes y demás cargos del partido.

La candidatura y la consiguiente batalla abierta en esta provincia no ha gustado en la dirección nacional, y así lo han hecho saber públicamente mostrando su “preocupación” y decepción por el papel desempeñado por Bonig. La presidenta del PP valenciano se ha rebelado y habrá batalla en Valencia.

Choque de trenes en Valencia

El choque de trenes se hizo más que evidente el miércoles. El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, citó a Betoret y Contelles en Madrid en una tensa reunión en la que se le reclamó a la candidata de Bonig (que públicamente defiende actuar de forma independiente) que se retirara de la carrera. No lo hizo. Horas después, en la ciudad de Valencia, se celebró una acalorada Junta Directiva Provincial en la que se pudo constatar la auténtica guerra abierta en la carrera por el liderazgo. Se votaba el Comité Organizador del Congreso propuesto por el actual presidente, Vicente Betoret. No salió adelante. Los partidarios de Contelles rechazaron la propuesta en una tensa junta con reproches entre ambos bandos. “Mañana vamos a ser el hazmerreír en la prensa”, decían algunos asistentes.

Este jueves se confirmó el desafío. Mari Carmen Contelles anunció vía Twitter que concurrirá como candidata al congreso provincial. Lo hacía con un vídeo en el que defiende su postura por la necesidad de “recuperar el orgullo de ser del PP” y que publicó después de que Maillo reiterara el malestar de Génova por la situación de división en Valencia. “Estamos muy preocupados por la situación del PP en la provincia de Valencia. Ayer (el miércoles) tuve una reunión para tratar de solucionarlo, no lo conseguimos, vamos a seguir intentándolo”, dijo en una entrevista en RNE en la que aseguró que estaban dispuestos a “intervenir lo que sea necesario” para conseguir la unidad.

La preocupación de la dirección nacional es que esta guerra abierta afecte al partido en votos en un feudo que, aun en los peores años, les ha proporcionado casi medio millón de sufragios y más de 700.000 en los años buenos.

El control de Génova

Desde Valencia, y desde el entorno de Bonig y de Contelles, se vive este enfrentamiento entre el estupor y el malestar por el hecho de que se hiciera pública la reunión interna con los candidatos y por trasladar después el clima de “decepción” hacia el PP Valenciano. “No vemos ningún problema en que se puedan enfrentar varios candidatos, hace tiempo que en la militancia pedimos participación”, dice una voz de los populares valencianos. Otros comentan su sorpresa por los movimientos de Génova y sus intentos por influir en el proceso. A ello se suma el enfado por la ausencia de voces valencianas en el Gobierno de Rajoy o el maltrato inversor que contribuye a generar un agravio comparativo con otras comunidades.

No es la primera vez que desde Madrid se interviene abiertamente en línea contraria a la impulsada por la dirección regional. Ya lo hizo en la crisis abierta tras la imputación por presunto blanqueo de nueve concejales en el Ayuntamiento de Valencia. Entonces, Bonig pidió dimisiones. Pero Génova lo zanjó con una suspensión provisional de la militancia que permitía la permanencia de los ediles.

El último tirón de orejas a Bonig fue reciente y a cuenta del apoyo que la presidenta dio a una declaración institucional de las Cortes Valencianas contra los Presupuestos de Mariano Rajoy. El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, le afeó este posicionamiento y también lo hizo públicamente desde los medios de comunicación. Desde las filas del PP valenciano reclaman su autonomía y defienden a una presidenta que fue elegida en un reciente Congreso con el 94,5% de los votos. Hay quien atribuye los movimientos de la dirección nacional a un intento de evitar el efecto contagio y que en otras provincias se vivan situaciones similares de disputas.

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