La formación del tribunal que juzgará a partir del 4 de octubre la parte principal del caso Gürtel sigue causando problemas. A las recusaciones de Concepción Espejel y Enrique López y a los enfrentamientos entre los magistrados que conforman la Sala resultante después de que la Audiencia Nacional aceptara esas recusaciones se suma ahora un nuevo incidente procesal que tiene como protagonista a José Ricardo de Prada. Este magistrado, de talante progresista, ha sido recusado este miércoles por Pablo Crespo, el brazo derecho de Francisco Correa. De Prada es, de esta forma, el tercer juez al que se intenta apartar del procedimiento.

Crespo considera que José Ricardo de Prada carece de imparcialidad objetiva para juzgar el caso Gürtel sin perjudicarle. Lo basa en la relación del magistrado con el primer instructor de las diligencias, Baltasar Garzón (contra el que Crespo se querelló, dando lugar a un proceso que acabó en la condena del ex juez) y en la "colaboración y afinidad ideológica" de la hija del magistrado con el letrado Gonzalo Boye, que ejerce la acusación contra Crespo, entre otros.

La defensa del número 2 de Correa, ejercida por Miguel Durán, afirma haber tenido conocimiento hace unos días de que la hija de De Prada ha participado en un libro editado por Boye y colabora en eldiario.es, digital en el que Gonzalo Boye ostenta el cargo de secretario del consejo de administración.

El escrito de recusación se extiende, sobre todo, en las relaciones entre De Prada y el ex juez Garzón. La defensa de Crespo recuerda que el magistrado acompañó a Baltasar al juicio que se celebró contra él en el Tribunal Supremo y posteriormente ha colaborado en varias ocasiones en actividades de la Fundación Internacional Baltasar Garzón.

"Cariño" a Garzón

Una de esas colaboraciones se produjo en mayo de 2014, cuando De Prada intervino en un congreso sobre jurisdicción universal y empezó expresando su "gratitud" y "cariño personal" hacia Garzón, añadiendo que "para mí, es mi compañero y seguirá siendo mi compañero, es juez y seguirá siendo juez hasta que él decida dejar de serlo".

De Prada manifestó que "uno de los peores momentos en mi trabajo jurisdiccional fue cuando Baltasar Garzón fue suspendido inicialmente y luego inhabilitado durante muchísimos años para el ejercicio de su profesión que, en aquel momento, era su vida. (...). Yo creo que es necesario mi homenaje personal a Baltasar Garzón en este momento".

"La amistad del magistrado con Baltasar Garzón y el reconocimiento de que la suspensión e inhabilitación del citado ex magistrado supuso para De Prada el peor momento de su carrera profesional, unido a la gratitud que tiene hacia el mismo, conllevan que no pueda concebirse en modo alguno que en De Prada se reúnan las condiciones de imparcialidad mínimas para adoptar una decisión justa en relación con Pablo Crespo", sostiene la defensa, que recuerda que fue el número dos de Correa el que dio lugar al proceso penal que concluyó con la condena de Garzón "por delitos gravísimos". Garzón fue condenado por ordenar la interceptación ilegal de las conversaciones que precisamente Pablo Crespo mantuvo en prisión con su abogado.

El defensor subraya que la incidencia de esas escuchas ilegales en la posterior investigación del caso Gürtel va a ser planteada como cuestión previa en la vista oral. "¿Es dable pensar que el magistrado concernido, cuando tenga que pronunciarse sobre este particular, lo podrá hacer con imparcialidad?", pregunta.

"Pablo Crespo se enfrenta a peticiones elevadas de cárcel en el presente procedimiento y, además, va a ser enjuiciado por una persona que expresa su amistad y gratitud por Baltasar Garzón, que vulneró gravemente sus derechos constitucionales, y cuya hija tiene tanta afinidad con el abogado de la acusación popular que comparte la autoría de libros y que publica artículos en el diario digital del mencionado abogado", resume.

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