El auditor de Deloitte, Francisco Celma, ha cargado hoy todas las tintas contra los peritos del Banco de España designados por el Juzgado para analizar la cuentas en el 'caso Bankia' que instruye el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. El auditor, que ha declarado en calidad de investigado, fue quien firmó las cuentas de Bankia y de su matriz BFA entre los años 2010 y 2012.

Durante su interrogatorio, Celma ha acusado a los peritos de cambiar su criterio y de errores en sus propios informes, incluso llegando a diferencias de 5.000 millones de euros dependiendo del documento que elabore cada uno de ellos. En sus informes, los dos peritos, Antonio Busquets y Víctor Sánchez, rebatieron los propios dictámenes del Banco de España e insistieron que las cuentas de BFA-Bankia no reflejaban la imagen fiel de la entidad.

Según fuentes presentes en el interrogatorio, Celma ha asegurado que en todo momento Deloitte contó con el aval del Banco de España (BdE) y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Además, la auditora, que primero elaboró las cuentas de Bankia y luego asesoró a la entidad en la salida a Bolsa, dice que no existe ninguna incompatibilidad entre ambas funciones y que cuentan con los mecanismos internos de control para evitar problemas. 

Los peritos han ratificado en su informe final en la causa en la que se encuentra investigado el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato así como todos los miembros del Consejo de Administración, que "todos los estados financieros de BFA y de Bankia desde su constitución hasta la reformulación no cumplían con la normativa aplicable y no expresaban la imagen fiel de la situación económica y financiera de dichas entidades".

Bankia contaba 3.000 millones de provisiones

Ahora, el auditor de Deloitte encargado de las cuentas de Bankia, y último investigado en la causa, asegura que los peritos han aplicado en sus informes “una normativa contable inventada por ellos mismos y que no es la emitida por Banco de España”.

Los inspectores del BdE mantienen que Bankia no contaba con provisiones no asignadas que impedían que la entidad estuviera quebrada cuando salió a Bolsa. Sin embargo, Celma sostiene que sí existían esas provisiones genéricas que ascendían en el momento de la salida a bolsa de Bankia a aproximadamente 3.000 millones de euros.

Celma también ha negado la existencia de los supuestos errores que afectaban a las cuentas de Bankia que señalan ambos peritos. Al contrario, Celma ha subrayado la existencia de errores técnicos y contables en el trabajo de los peritos, “así como diversas faltas de evidencias y de rigor profesional”. Celma ha negado también que, como erróneamente han afirmado los peritos, los problemas de BFA afectasen a Bankia, ya que según el criterio técnico contable y la normativa de solvencia española y europea “los eventuales problemas de la matriz no pueden afectar en ningún caso a las filiales”.

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