Daniel Montero Esteban Urreiztieta

El recibo de una comida de 121 euros en uno de los restaurantes de moda de Madrid llevó a la Guardia Civil a descubrir el botín de ocho millones de euros que imputados de la trama Púnica escondían en Estados Unidos. El grueso de esta cantidad se atribuye al constructor Ramiro Cid, propietario de la empresa Obras y Vías. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil descubrió en el domicilio del ex político del PP en Valdemoro un recibo de pago de una de las tarjetas de crédito de Granados.

Le llamó la atención a los investigadores que el nombre del cliente en el recibo estaba escrito al revés, figurando en primer lugar su segundo apellido, Lerena. “El desorden en la consignación del nombre y apellidos del titular de la tarjeta infieren que pudiera tratarse de un medio de pago expedido en un país extranjero”. También destacó la Guardia Civil en sus informes que “se debe tener en cuenta el escaso uso de tarjetas de crédito tipo American Express en España”, recordando que “representan una cuota de mercado del 1% en medios electrónicos de pago”.

Resguardo localizado por los agentes de la UCO.

Este hallazgo, aparentemente anecdótico, llevó de inmediato a la Guardia Civil a “inferir” que dicha tarjeta de crédito “podría estar asociada a alguna cuenta bancaria no identificada en otros países mediante la cual Granados podría titular activos financieros no identificados hasta el momento”. Y apostillaba la Guardia Civil que “lógicamente el país donde más se usa este tipo de tarjeta es EEUU”.

Pesquisas a la embajada

Siguiendo esta pista, la misma Guardia Civil chequeó los vuelos realizados por el ex consejero de la Comunidad de Madrid a países extranjeros para intentar determinar en qué países podría custodiar fondos ocultos. Una primera búsqueda arrojó el hallazgo de desplazamientos a Panamá, a Nueva York y a Costa Rica. 

“Como se puede observar”, precisaba la Guardia Civil, “se evidencian varios vuelos de Granados a países en los cuales existen estructuras societarias domiciliadas que han sido utilizadas por la trama para operaciones financieras criminales”. No obstante, el interés de los investigadores se centró de inmediato en Estados Unidos. De hecho, los agentes se pusieron en contacto con la embajada estadounidense en Madrid. Fue el cuerpo diplomático quien confirmó a la Fiscalía que Granados y Marjaliza habían contratado varios servicios financieros en EEUU. 

Con esta nueva información, la Guardia Civil pudo determinar que las empresas vinculadas a varios de los investigados, y en especial al empresario Ramiro Cid  llegaron a sacar en dirección a Estados Unidos ocho millones de euros en ocho años. En un solo día, el 13 de octubre de 2014, estas entidades llegaron a sacar siete millones para enviarlos al país norteamericano.

Pero lo más paradójico del descubrimiento es que, tal y como concluyó posteriormente la Guardia Civil en otro informe, la tarjeta de crédito American Express que se creyó asociada a una cuenta estadounidonse y que llevó al descubrimiento del botín americano finalmente resultó estar domiciliada en España, y ser más entre las miles de tarjetas que se expiden en le país cada año. 

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