Mañana, otra vez la foto que encabeza este artículo. Probablemente con el mismo final: sin acuerdo que dé inicio a las obras en Chamartín. Manuela Carmena, Cristina Cifuentes, Ana Pastor y Francisco González volverán a compartir mesa para acercar posturas y buscar el desbloqueo de un proyecto que lleva enquistado más de veinte años. Ayuntamiento de Madrid, Comunidad, Fomento y BBVA -inversor que tiene los derechos para explotar el 60% de los terrenos a edificar- son las cuatro piezas de un puzzle que no encaja.

La operación Chamartín copa portadas a diario y suscita artículos a borbotones. Incluso se han escrito libros sobre ella. Las noticias son idas y venidas a ninguna parte. Con la reunión en vistas, estas son las claves que imposibilitan el acuerdo, los motivos que tornan insalvables los centímetros que separan los dos extremos de esta mesa de negociación.

1. Dos proyectos muertos

Hasta hace un mes, las obras en Chamartín no se llevaban a cabo porque faltaba el visto bueno del Ayuntamiento. Carmena no contemplaba aprobar en el pleno -el último requisito- el esbozo del BBVA. La alcaldesa llevó a la Cámara el proyecto cocinado por el inversor, pero lo enterró con el apoyo del PSOE.

Pero antes de desecharlo, presentó el suyo propio sin contar con el banco en su elaboración, lo que empeoró sobremanera las relaciones entre Consistorio y BBVA. A pesar del desplante, el promotor asegura que su proyecto es la mejor opción para Madrid y lo mantiene encima de la mesa.

Dos proyectos muertos. Uno -el del BBVA- cuenta con el apoyo de Fomento y la Comunidad, pero no del Ayuntamiento. El del Consistorio tiene al resto de administraciones enfrente. De ahí el bloqueo de ambas opciones. Aunque ambas partes se confiesan abiertas a modificar su plan, ninguna lo ha hecho todavía.

2. Las duras críticas de Carmena

A un día de la segunda reunión en busca del acuerdo imposible, Manuela Carmena ha publicado un artículo en El País donde presume de haber enterrado el plan del BBVA y lo critica con sorna en ocasiones.

En el inicio, se refiere a Distrito Castellana Norte -el nombre que dio el banco a su proyecto- como "pomposo". Después lo describe "fruto de los grandes excesos" y de "la burbuja inmobiliaria". "En aquel momento valía todo (...) Todo desenfreno constructor parecía poco", escribe la alcaldesa.

Carmena centra el tiro en las vías del tren, eje que separa a uno y otro plan. El Ayuntamiento no quiere soterrarlas para edificar sobre ellas después, como propone el BBVA. "A alguien ingenioso se le ocurrió" aprovechar los suelos ocupados por las vías, dice con ironía la regidora.

Al final, ha tirado del refranero español para descalificar el plan del promotor: "Ande o no ande, caballo grande". Una vez fusilada la propuesta, ha dicho: "También puede tener cabida el BBVA. Su perseverancia merece ser tenida en cuenta".

3. Las diferencias políticas

Con Ana Botella en el Ayuntamiento de Madrid, las tres administraciones implicadas eran del mismo signo político: el PP. La exalcaldesa no llevó al pleno la operación Chamartín y dejó este último trámite para su sucesor, quizá sin contar que fuera a serlo Manuela Carmena.

En este punto, Ahora Madrid y PP no se entienden y hasta ahora no ha habido un mínimo acercamiento, más allá de la primera reunión mantenida. Entre una y otra parte, reproches en los periódicos. Cifuentes ha pedido a Carmena que no se deje llevar por los prejuicios ideológicos de Podemos. El Gobierno del Consistorio ha presumido de haber puesto "fin al pelotazo urbanístico".

Las diferencias entre uno y otro proyecto han quedado sepultadas por el debate político. Así lo explicó el Colegio de Arquitectos de Madrid, que pidió a las partes implicadas que discutieran con principios y no con ideología.

4. Los 700 millones de Fomento

El problema de Chamartín no es sólo un vacío de cara al futuro. El Ministerio de Fomento ha exigido a Carmena 700 millones de euros. Con el plan pactado, Adif comenzó algunas de las obras previstas, con un coste que alcanzó esta cantidad.

Ahora, el 'no' de la alcaldesa hace imposible finalizar lo empezado y de ahí el reclamo de Fomento al Consistorio. El departamento encabezado -en funciones- por Ana Pastor escribió a Carmena: "El Ministerio y sus entidades públicas dependientes han realizado importantes actuaciones en la convicción y bajo los principios de buena fe y confianza legítima de que serían compensados en los términos pactados con el Ayuntamiento".

Fomento habla de varios acuerdos "suscritos", algunos de ellos pactados por el Gobierno de Zapatero, lo que llama la atención, teniendo en cuenta que han sido los socialistas los que han permitido con sus votos la caída de la Operación Chamartín.

El Ministerio, además, se reserva su derecho a emprender acciones legales contra el Ayuntamiento por la ruptura de estos acuerdos. Carmena, lejos de amilanarse, acusó a Fomento de querer paliar el déficit de sus cuentas con los réditos de Chamartín.

5. Enquistamiento de la operación

El BBVA consiguió los derechos de explotación del 64% de los terrenos susceptibles de obra en un concurso público de 1993. Desde entonces, no se ha logrado acordar el cuándo y el cómo.

La opción preferente del banco caduca en diciembre de este año y el único inversor hasta ahora dispuesto a asumir los costes desaparecería del mapa si el pacto no llega. Los socialistas, que han estado detrás del diseño del plan de Carmena, esperan que un ministro de su partido pueda encabezar Fomento tras el 26-J. En cualquier caso, Chamartín será otra de las batallas electorales y no parece que pueda encontrarse una solución antes de que lleguen las urnas.

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