La Operación Chamartín persigue a Manuela Carmena a velocidad de locomotora. Como si fuera uno de esos trenes que tuviera que pasar por la estación que lleva más de veinte años pendiente de reforma.

La alcaldesa de Madrid ha cerrado su lunes en Esade. La conferencia se presentaba balsámica y con un título nada afilado: "El Ayuntamiento de Madrid, el cambio desde las personas". Pero acabado el monólogo y recién iniciado el coloquio, un empresario -que también se ha definido como emprendedor- ha recriminado a Carmena estar generando un "ambiente de pesimismo" para la inversión. "A mí me pasa, eso lo vivo yo", ha dicho a la líder de Ahora Madrid después de referirse a "las grandes operaciones urbanísticas bloqueadas".

Sin nombres propios, ha puesto encima de la mesa el conflicto que el Ayuntamiento mantiene con la Comunidad y Fomento. Carmena rechazó el proyecto que las otras dos administraciones aceptaron y ha lanzado el suyo. Ahora, el Ministerio exige al Consistorio 700 millones de euros, el coste que atribuyen a algunas obras ya iniciadas como parte del plan de inversión privada declinado por Carmena.

"¿Es consciente del daño que esto hace a Madrid?"

Carmena ha mencionado su infancia y ha hablado de su confianza en el cambio, algo que ha "sentido siempre", casi como si fuera "genético": "De pequeña iba de vacaciones a San Sebastián. Veía el río Urumea, un río como Dios manda. Claro, luego al regresar a Madrid, veía otro por el que apenas pasaba el agua. Dije a mi madre que si todos los madrileños echáramos un cubo, tendríamos un río como el de San Sebastián". Pero nada más terminar, Chamartín. Otra vez.

"Los medios de comunicación hablan continuamente de estas grandes operaciones, que están paralizadas. No tengo ni idea, no las he estudiado, no sé si hay que cuestionarlas o no. Pero, ¿es consciente del daño que hace a Madrid que se mencione con frecuencia que estas grandes obras se han detenido?", se ha arrancado este empresario de traje oscuro y pelo engominado.

"Si no hay inversión, no hay empleo. Y así no se consigue el crecimiento. Percibo un preocupante grado de desmoralización. Esto lleva a los inversores a no venir. Y se lo digo, ese ambiente de pesimismo lo percibo yo personalmente", ha relatado ante la atenta mirada de Carmena, asaltada por la Operación Chamartín de forma entrevista, casi velada.

La respuesta de Carmena

Carmena ha respondido con calma. Tono de noche, como si la jornada ya hubiera terminado y sin querer entrar en el debate: "De verdad, se lo digo con toda sinceridad. No estamos parando ninguna operación".

En cuanto a las críticas que recibe por haber lanzado su propio proyecto sin avisar a DCN -inversor que iba a dejar en Madrid 6.000 millones de euros-, se ha referido a una "estructura de desprestigio sintomático". Y es que hasta Mariano Rajoy ha criticado este lunes a la alcaldesa de Madrid por no dar salida a la prolongación del Paseo de la Castellana.

"Con mucho gusto le digo que lo que hacemos funciona y tiene éxito. No voy a enumerar las operaciones a las que creo que se refiere porque no es el momento", se ha defendido en un salón repleto de antiguos alumnos, emprendedores y empresarios casi a partes iguales.

"Siento la enorme responsabilidad de conseguir, por encima de todo, que esta ciudad tenga la estructura precisa para ser innovadora, igualitaria y próspera", ha concluido Carmena.

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