Barcelona

La relación entre la policía local de Barcelona y el equipo de Ada Colau está cada vez más enconada. El intendente mayor de la Guardia Urbana, Evelio Vázquez, ha requerido este lunes a la alcaldesa que abra una investigación para determinar si su teniente de alcalde, Jaume Asens, presionó a la abogada de un policía agredido por un mantero para que no solicitara el ingreso provisional a prisión del agresor.

Los mandos de la policía local han aprovechado la reunión con Colau para presentar el nuevo plan director de la Guardia Urbana para transmitirle su “malestar” y “enfado” por las supuestas presiones de Asens a favor del mantero. “En el caso de que sea cierto lo que se ha publicado, nos deja en una situación de indefensión ante una problemática muy difícil”, ha afirmado Vázquez. “Si se han producido esas injerencias, hay que solucionarlas”.

El viernes pasado, a petición de la policía local y de la Fiscalía, una juez acordó que Sidil M., un mantero que lleva 11 años viviendo en Barcelona, ingresara en prisión provisional por haber agredido a un agente de la Guardia Urbana durante una intervención policial. El mantero acusado atacó a un policía con una rama y la agresión, registrada en vídeo, circuló por internet durante la semana pasada hasta que el vendedor fue detenido. Según publicó el sábado El País, Asens llamó entonces a la abogada del agente agredido para pedirle que retirara la petición de prisión provisional para el mantero.

El SAPOL, el sindicato mayoritario de la Guardia Urbana, ha anunciado que está estudiando los hechos para remitirlos a la Fiscalía para que compruebe si Asens incurrió en algún tipo de delito.

Colau defiende a Asens

La alcaldesa de Barcelona ha respondido este lunes que se reunirá con Asens para determinar qué ocurrió realmente. A pesar de reiterar su apoyo a la policía barcelonesa, Colau ha calificado de “rumores” y ha matizado que la llamada de su teniente de alcalde se puede interpretar de distintas maneras.

Asens, sin embargo, no tiene ninguna responsabilidad relacionada con los cuerpos de seguridad. Colau ha recordado que su teniente de alcalde trabajó durante años como abogado de activistas sociales y ha justificado que llamara para tener un “intercambio de opiniones jurídicas” ante lo que ella considera una “medida excepcional”.

El teniente de alcalde de Colau, una de las personas de su máxima confianza, genera mucho rechazo entre los mandos policiales. A los cargos de la Guardia Urbana no se les olvida el papel que desempeñó Asens en el llamado caso 4-F, donde un agente del cuerpo sufrió una tetraplejia grave y se condenaron a cuatro activistas que siempre han negado los hechos. Uno de ellos se suicidó durante un permiso penitenciario y desde los movimientos activistas se ha acusado a la Guardia Urbana de manipular lo que ocurrió esa noche para obtener una condena.

Este nuevo enfrentamiento se enmarca dentro de una relación cada vez más tensa entre la Guardia Urbana y el equipo de Ada Colau. El cuerpo policial considera que el Consistorio está siendo demasiado blando con los vendedores ambulantes y pide a Colau más apoyo ante un problema enquistado en la ciudad. El partido en el Ayuntamiento, BComú, condenó “enérgicamente” la agresión pero calificó la medida de prisión provisional como “excesivamente rigurosa”.

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