Algunos policías municipales de Madrid empezaron a vestir casco y chaleco antibalas en 2004, cuando Alberto Ruiz-Gallardón creó las 'Unidades Centrales de Seguridad' (UCES), popularmente conocidas como antidisturbios. Se les ha visto interviniendo en grandes manifestaciones que se violentaban, botellones que se complicaban y agresiones de distintos carices, pero ya no será así, o por lo menos de esta forma y con el mismo nombre.

Manuela Carmena ha presentado las nuevas líneas que marcarán la reforma del cuerpo madrileño. Habrá una nueva unidad de gestión de la diversidad para proteger a los colectivos más vulnerables, se reforzará la prevención contra la violencia de género y se dispondrá de un departamento especializado de atención a la tercera edad y otro para los delitos de odio, como prometió en su día el concejal de Seguridad, Javier Barbero.

Uno de los puntos que más controversia ha generado ha sido la desaparición de las UCES. La delegación de Seguridad ya ha disuelto una de las unidades y transformará la otra en la bautizada como 'Unidad de apoyo a la seguridad'. El nuevo equipo dejará de tener entre sus funciones el mantenimiento del orden público.

Madrid disponía de alrededor de 280 'antidisturbios'. Ahora, cuenta con algo más de la mitad, ya que ha "reforzado", de momento, la que no ha sido suprimida. En cualquier caso, el futuro de esta nueva unidad es incierto. Según ha expresado el director general del cuerpo, Andrés Serrano, todavía no se ha determinado el número de agentes que la integrarán.

Barbero ha justificado su decisión diciendo que "por ley" no se les permite tener antidisturbios y que esas funciones debe desempeñarlas la Policía nacional. El concejal ha relatado que aquellos policías que han dejado de formar parte de estas unidades se integrarán en las unidades de distrito. Esta "descentralización" del cuerpo es la línea principal de la nueva Policía de Carmena.

Gallardón, precisamente, quiso complementar la actuación del cuerpo nacional con las UCES, considerando que había situaciones tensas en las que los agentes municipales debían intervenir. Julián Leal, portavoz del sindicato CPPM -el más numeroso-, manifestó al conocer la noticia que las quitan porque "no les gusta que lleven porra y casco".

'Pacific blue' en Madrid

A mediados de los noventa, los españoles se familiarizaron con la policía ciclista. Pacific blue arrasó en la pequeña pantalla gracias a las historias de los agentes que recorrían a dos ruedas la costa de Santa Mónica. Es cierto que en Madrid ya pueden verse policías municipales en bicicleta, pero a partir de ahora será algo más frecuente.

El nuevo plan de Manuela Carmena ha institucionalizado la sección ciclista de la Policía municipal, que dependerá de la unidad medioambiental.

Algunos agentes, en los corrillos formados tras la presentación, se preguntaban extrañados: "¿Por qué no destinar más bicicletas a las unidades de distrito, que además ya las tienen? ¿Para qué sirve una unidad de este tipo?"

Un plan que es "humo", según los sindicatos

Tanto el vídeo de la presentación como los discursos de Manuela Carmena y el concejal de Seguridad, Javier Barbero, estuvieron plagados de palabras como "cercanía", "seguridad" o "proximidad".

Según explico el responsable de Seguridad del Consistorio, el nuevo plan pretende potenciar la relación entre los ciudadanos y los agentes, para que éstos dispongan de más información.

"Esto ya se hace ahora. No aporta nada nuevo. Es un cúmulo de buenas intenciones que no añade nada significativo. Además, ¿cómo vas a controlar la actitud de los policías?", se preguntaba un agente tras la presentación. "¡Pero si parece el vídeo de la abeja Maya! Está alejado de la realidad. Esa es la policía que muestran a los ciudadanos, pero las cosas no son así", decía otro.

Tanto CPPM como CSIT y APMU manifestaron al término del acto que el plan no aporta nada nuevo a lo que ya existía. Además, aseguraron que es imposible llevarlo a cabo con los recursos actuales, algo de lo que es consciente el Ayuntamiento, según dicen.

Una policía 'vieja' y escasa

En Madrid hay 6.153 policías municipales. Según recoge el plan recién estrenado, la cifra óptima rozaría los 6.800. Los documentos aportados por el Ayuntamiento informan de que la seguridad ciudadana sólo se está cubriendo al 88% y de que, por poner un ejemplo, el casco histórico sólo dispone del 83% de los agentes que necesita.

Para más inri, la edad media del cuerpo roza los 47 años y tan sólo se pueden sacar un 50% de plazas en relación al total de los que se jubilan.

Los años de crisis llevaron al Consistorio a dejar de ofrecer puestos, algo que han recriminado los ediles de Ahora Madrid al PP en más de una ocasión. Un decreto del ministerio de Hacienda de 2012 marcó que sólo podrían sacarse a concurso un 5% de vacantes en relación al porcentaje total de jubilados, medida que se tomó en crisis para adelgazar el sector público.

En este momento, según informan fuentes municipales, el Consistorio puede cubrir el 50% de las plazas que quedan libres, pero ya trabaja para convencer al ministerio de que aumente este porcentaje al 100%.

Además, independientemente de que se lograra el objetivo, la policía municipal de Madrid no lograría recuperar los ochocientos agentes que perdió durante la crisis, por lo que el Consistorio ya busca la forma para crear nuevos puestos.