"Que en España haya gente que admire el régimen venezolano sólo demuestra que la ceguera ideológica es probablemente la peor de las cegueras", ha opinado el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en un desayuno organizado esta mañana en Madrid por la revista Vanity Fair, durante el que fue preguntado por el hecho de que nuevos partidos nacidos en la democracia, como Podemos, profesen admiración y mantengan fluidas relaciones con la dictadura bolivariana.

Previamente el autor de la recién publicada 'Cinco esquinas' había hecho alusión a la transición española -"tan injustamente criticada"-, a la malversación de ese patrimonio político común por las conductas de corrupción y a la "comprensible" indignación de los jóvenes. "Pero es importante hacer balance, hacer las sumas y las restas Y los jóvenes no deberían olvidar que la transición fue extraordinaria, que España es hoy un país moderno, infinitamente mejor que el que era hace apenas dos generaciones", dijo.

El escritor elogió a Angela Merkel ("está haciendo un esfuerzo extraordinario por abrir su país a los inmigrantes") y reprobó sin ambages la "demagógica populista" de Donald Trump ("esperemos que lo paren y que no sea jamás presidente de los Estados Unidos"). ¿Y Podemos?, le preguntaron. "Tiene que entristecer enormemente que haya quienes admiren el régimen venezolano", señaló.

"Venezuela debería tener los niveles más altos de riqueza de América Latina, pero la gente se muere de hambre literalmente", manifestó. Salvo "un grupo que vive cómodamente", el pueblo vive "en la miseria" como resultado de la aplicación de unas políticas "insensatas y antihistóricas que conducen a la ruina".

Vargas Llosa opinó que la mayor parte de los votantes de Podemos apoyan a esta formación "por la indignación, por la corrupción". "Pero la dirección de Podemos nos tiene que entristecer, porque es triste que jóvenes profesores universitarios tengan como modelo ideal el modelo chavista. Hay que impedir que España llegue a padecer esa calamidad".

Pregunta inevitable sobre su relación con Isabel Preysler y la profusa aparición de la pareja en la Prensa rosa. "Uno no elige ser una persona pública. Si conocen alguna forma de evitarlo, díganmelo. No porque tenga nada contra la Prensa social sino porque me quita mucho tiempo, no tengo ningún interés. Voy a cumplir 80 años y sé lo que me gusta en la vida: la lectura, la música, estar con mis amigos. Pero si es el precio que hay que pagar por estar con la mujer de la que estoy enamorado lo pago con gusto".