A pocos vecinos de Alhaurín de la Torre (Málaga) se les escapa el nombre de Lucía Garrido Palomino, víctima del "crimen más negro" que, en palabras de fuentes de la investigación, se ha cometido en la localidad. Un asesinato perpetrado en 2008 con tintes novelescos, sicarios colombianos de por medio, una trama de corrupción en cuerpos policiales y pistas judiciales sin concluir. O, lo que fuentes próximas de la defensa califican como "una auténtica vergüenza". Todo ello desarrollado en una finca -Los Naranjos- con piscina y repleta de animales exóticos. Este martes, seis años después del suceso, las autoridades han detenido al presunto autor de los hechos.

La fecha en la que arranca el comienzo de esta historia es el 30 de abril de 2008, el mismo día en la que termina la de Lucía Garrido, que por entonces tenía 49 años. Su cadáver apareció flotando en la piscina de la finca con claros signos de violencia. Como sucede en estos casos, la investigación puso la lupa sobre su pareja, Manuel Alonso: sobre él pesaban varias denuncias por maltrato.

Ambos se habían conocido 14 años antes, en 1994, y tenían una hija en común. Juntos se trasladaron a esta finca, en la que pusieron en marcha un negocio que pronto comenzó a funcionar: "En estas instalaciones ambos mantenían un negocio consistente en venta de animales de compañía, incluidos los exóticos", relata Ignacio, un veterano Guardia Civil -miembro de la Asociación Unificada de Guardias Civiles- que ayuda a la familia de la víctima en la investigación de los hechos. "Con esta actividad y con las estrechas relaciones que mantenía con miembros del SEPRONA, Manuel decide ampliar el negocio y transformarlo en un centro de depósito de animales", añade el agente.

Distanciamiento de la pareja

Si el negocio marchaba con éxito, la relación de la pareja dibujaba una trayectoria opuesta. "Lucía puso todos los medios para ponerse a salvo de lo que iba a ser su fin", define Ignacio, en conversación con EL ESPAÑOL. Fuentes de la defensa señalan que, en 2007, Lucía presentó varias denuncias por malos tratos y comentó la existencia de una amante de Manuel. Según estas fuentes, pretendía que Lucía se marchase de la finca -"en la que había tigres, leones y otras fieras y animales"- para que la amante pudiese ocupar su lugar.

La situación de Lucía "se convirtió en una pesadilla", comentan desde su entorno. "La realidad es que legalmente, mientras que Lucía viviera en la finca, Manuel no podía venderla, ni disponer plenamente de ella, si no contaba con su consentimiento o con sentencia judicial", relata el guardia civil, que ha documentado los acontecimientos a través de un blog.

Un crimen, una coartada y unos sicarios

La última vez que se vio a Lucía con vida fue en una tienda de Alhaurín. Pasaban pocos minutos de las diez de la mañana y, horas después, su cadáver fue hallado flotando en la piscina de Los Naranjos. Tenía varios golpes y un corte en el cuello. Algunas de sus pertenencias, como un teléfono móvil, habían desaparecido. Con aquel historial, los focos se pusieron sobre Manuel. Pero tenía una coartada: había pasado el día con su nueva pareja en Cádiz. El caso se cerró un año después sin pruebas concluyentes.

Apenas un mes antes de que se cerrase el caso, en la finca de Los Naranjos se vivió otro episodio que dio paso a disputas judiciales: "dos sicarios colombianos", relata el guardia civil que ha apoyado a la familia de Lucía, saltaron la verja con sendas pistolas en su poder. En los papeles del caso se dice que lo hicieron por motivos económicos. Manuel, alertado por los ruidos, salió en su busca con otro arma en su poder. Mató a los dos, alega la Justicia, "en defensa propia".

Un caso de corrupción y un autor material

Ambos casos, explican fuentes de la defensa, fueron investigados por un teniente de la Guardia Civil. "Es increíble que no estableciese ninguna relación entre los dos acontecimientos", señala Ignacio. Pero "lo que es más increíble" es lo que ocurrió con este teniente de la Benemérita: a finales de 2010 y tras una operación en la que se incautaron 1.400 kilos de hachís, el agente fue detenido por vínculos con el narcotráfico. El mismo operativo concluyó con varias detenciones más; entre ellas, el de algunos empresarios. El nombre de Manuel, la pareja de Lucía, figuraba en la lista, esgrime el entorno de la mujer.

La incorporación de nuevas pistas reabrió además el sumario por el asesinato de Lucía Garrido. En septiembre de 2013 se imputó a Miguel por aquel crimen como posible inductor, con cargos de homicidios y malos tratos. Quedó libre con cargos. Pero las investigaciones se mantuvieron abiertas y, este martes, la Guardia Civil ha incorporado una pieza clave al proceso: "El desarrollo de la investigación, junto con el avance de las técnicas en materia de identificación desarrolladas por el Servicio de Criminalística del Cuerpo, han permitido determinar la identidad del supuesto autor material de la muerte", explica la Benemérita a través de un comunicado.

Según explica la Guardia Civil, la operación se encuentra "declarada secreta" y "no se descartan nuevas actuaciones". Según han establecido fuentes de la defensa, "el detenido forma parte de una organización". Aunque se haya detenido al presunto autor de los hechos, todavía quedan muchas incógnitas por resolver en este suceso, el "crimen más negro" que se haya vivido en la provincia de Málaga.

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